Ya han pasado casi cinco años (se puso en marcha en diciembre de 2011), pero el parking del Hospital del Terrassa sigue provocando el cabreo de los usuarios. Su puesta en marcha arrancó con polémica, que incluyó protestas de enfermos y trabajadores. Ahora, las quejas se han trasladado a internet, al paraguas que es change.org para canalizar el enfado ciudadano. Más de 2.500 personas han firmado ya la petición iniciada por M. Luisa Ordoñez Cano, que pide que se suprima el aparcamiento de pago del recinto sanitario.
La petición en change.org, una plataforma en línea en la que personas de todo el mundo inician campañas de todo tipo con la única fuerza de la solidaridad de sus congéneres, arrancó el pasado 4 de agosto y al cierre de esta edición contaba con el respaldo de 2.535 vecinos.
La persona que ha puesto en marcha la petición para que aparcar en el Hospital de Terrassa, y en todos los centros sanitarios, vuelva a ser gratis, recuerda que la única manera de acceder al recinto en determinadas horas del día es en vehículo privado. Ordoñez llega a hablar de “abusos” cuando suma todos los gastos que debe asumir un enfermo y su familia al estar hospitalizado. Al gasto del parking se añade “el agua, la TV y la comida”. Esta usuaria critica que al estar fuera del casco urbano, no hay más opciones que comer en el restaurante del Hospital.
Quienes han compartido la petición de Ordoñez insisten en que es una “vergüenza” tener que pagar por aparcar en unas instalaciones “a las que no se va por gusto”. Todos ellos solicitan que vuelva la gratuidad al recinto. La petición va dirigida al Ayuntamiento de Terrassa y a la Generalitat.
un recinto muy contestado
El Consorci Sanitari de Terrassa puso en marcha el parking de pago en diciembre de 2011 con la idea de disuadir del uso del coche para llegar al hospital y resolver el caos diario que se registraba en las inmediaciones de centro, con miles de conductores atrapados durante largo rato para aparcar en una de las 1.100 plazas que tenía el parking gratuito, que se quedaban cortas ante la enorme demanda.
El parking de pago resolvió los problemas de movilidad, pero generó el monumental enfado de los profesionales del centro y de los usuarios. El Consorci se vio obligado a revisar tarifas en varias ocasiones ante las peticiones que llegaban incluso de la Federació d’Associació de Veïns de Terrassa (FAVT) y del pleno. Los cuatro grupos políticos del anterior mandato pidieron por unanimidad al CST que abaratase los precios y ampliase las bonificaciones.