Esquerra no quiere cerrar el episodio de tensión vivido con el equipo de gobierno a raíz del cumplimiento (o no) de los acuerdos plenarios con el mal sabor de boca que dejan los encontronazos verbales. Para zanjar la polémica y asegurar la aplicación de las mociones aprobadas, el grupo municipal lanzó una propuesta de acuerdo de junta de portavoces "para la mejora de la calidad democrática en el Ayuntamiento". En ella ponen de manifiesto que la diversidad del mapa político municipal que dejaron las pasadas elecciones de 2015 ha comportado una complejidad en el debate político pocas veces vivido en Terrassa. Para asegurar la gobernabilidad desde esta nueva pluralidad, que ha hecho que el actual equipo de gobierno (PSC y CiU) esté en minoría y deba asumir mociones no respaldadas por él, los republicanos proponen que el Ejecutivo local presente un programa de ejecución de cualquier propuesta aprobada en el pleno o en la junta de portavoces. De esta forma, todos los grupos sabrán el calendario real de aplicación o las dificultades que hay que superar hasta llevarla a cabo. Si existe algún impedimento para ejecutar la moción, se deberá justificar y ofrecer una alternativa que se someterá a voto. La propuesta de ERC-MES, que tuvo el respaldo de todos los grupos, excepto de la CUP, que se abstuvo, contempla, además, estudiar que todas las comisiones y juntas de portavoces se graben para evitar interpretaciones de lo dicho y posibilitar que puedan ser consultadas por la ciudadanía.