Juanjo Fuster es diseñador gráfico, compositor y músico ocasional. Amante de la buena cocina y el deporte con moderación, en cuatro años ha captado a más de 71 mil seguidores en Instagram. La mayoría de sus fotos superan los 2 mil "me gusta" y generan numerosos comentarios.
Aunque nació en Flix, vive en Tarragona y trabaja en Reus como diseñador gráfico. Amante de la luz y la naturaleza, sus imágenes reflejan los paisajes, la cultura y la comida sobre todo de Catalunya pero también de otros lugares. Empezó en Internet participando en los primeros foros y chats musicales, por lo que el salto a las redes sociales fue algo natural. Myspace fue la primera que lo atrajo, luego vinieron Twitter y Facebook. El primer contacto con Instagram también le llegó gracias a la música. Cuando el compositor y músico norteamericano Moby decidió promocionar su nuevo disco con una campaña en Instagram, Juanjo decidió descargarse la aplicación y empezar a investigar sobre los diversos usos que le daban los usuarios a esta recién estrenada red social.
Como explicó en la web Social Slang, para él, Instagram es una red social con muchas posibilidades. El diseñador destaca la facilidad a la hora de compartir imágenes e interactuar con el resto de la comunidad, con usuarios afines a tus gustos, intereses o proximidad geográfica.
A partir del verano del 2012 empezó a subir una foto al día y a interactuar con otros usuarios, generando un flujo de comentarios y un feedback muy positivo. "Los que comentan más o menos siempre son los mismos y al final estableces unos vínculos, acabas haciendo bromas, conociéndote y se crea buen rollo. Con algunos incluso hemos quedado para ir a hacer fotos", explicaba Fuster en una entrevista publicada por Trasbals.com.
Para él, el secreto de su éxito se resume en dos prácticas muy sencillas: por una parte, ser constante, es decir, subir una foto al día manteniendo el nivel de calidad y temática, y por otra, ser agradecido, respondiendo los comentarios recibidos además de dejar también comentarios en las fotografías de otros usuarios.
Prácticamente todas las imágenes que sube, las toma con su móvil. Sólo en casos excepcionales, como en fotos nocturnas, usa una cámara. "Pero igual es una de cada 300 o 400", comentaba Fuster en Trasbals.com. "Hay gente que si no es con la cámara, no sabe hacer fotos pero para mí, el móvil tiene la gracia de la instantaniedad. Desde que los móviles están tan evolucionados, la cámara ya casi ni la toco. Con los colores que saca el teléfono estoy muy contento y en general no utilizo filtros… como mucho retocar la luz", añadía. Normalmente, entre semana cuelga una foto al día y el fin se semana de dos a cuatro por día pero asegura que "depende de lo que haya visto o simplemente de mi estado de ánimo".
En 2013, ganó el concurso Sant Jordi Experience de la Agència Catalana de Turisme de entre un total de 2.800 fotos presentadas. Como premio, pasó una semana recorriendo Catalunya junto a algunos de los mejores instagramers de todo el mundo. A partir de entonces, ganó popularidad y empezaron a invitarlo a distintos eventos.
Para él, no hace falta ser un buen fotógrafo para ser un buen instagramer. "Para mí lo más importante es ser visible e interactuar con la gente. Como toda red social, lo importante es relacionarte, tener buen feeling con tus seguidores. Y si tú eres agradecido con ellos, ellos también lo son contigo", asegura.
En verano del año 2012, Juanjo Fuster empezó a subir a Instagram una foto al día y a interactuar con otros usuarios, generando un flujo de comentarios y un feedback muy positivo.