El proceso de decisión sobre cual será el modelo de gestión del agua que Terrassa adopte cuando finalice la concesión a Mina es harto complejo. El contrato de 75 años suscrito en 1941 culmina a final de año, pero el Ayuntamiento ha solicitado una prórroga de seis meses.
La decisión final está en manos del pleno municipal, al que le corresponde legalmente aprobar cual será la nueva fórmula de gestión. En Consistorio, en este momento 20 de los 27 concejales defienden la oportunidad de que el Ayuntamiento de Terrassa asuma la gestión directa del agua en la ciudad.
El proceso deliberativo que arrancó hace meses cuenta con una mesa político-técnica encargada de evaluar los pros y los contras de cada modelo de gestión (privada, mixta o pública). También con un consejo editorial a quien corresponde impulsar y tutelar el proceso de participación ciudadana.
El trabajo de esos dos foros debe concluir con la formulación de una propuesta concreta que pasará a manos de una comisión técnica. En este ámbito se procederá a analizar el documento y dotarlo de una formulación técnica y legal adecuada para su elevación al pleno municipal.
No hay un calendario cerrado para el proceso, máxime tras la prórroga solicitada por el Ayuntamiento, pero varias fuentes consultadas apuntan la voluntad municipal de que el consistorio pueda votar el nuevo modelo de gestión del agua antes de final de año.