Sesenta y dos capítulos tuvo la serie "Breaking Bad" a lo largo de sus cinco temporadas. Los expertos en química saben que el 62 es el número atómico, en la tabla periódica, del samario, un isótopo que se utiliza para tratar el cáncer de pulmón, que es la enfermedad que padecía Walter White (Bryan Cranston), el protagonista.
Los "fans" creen que no es ninguna casualidad y puede que tengan razón porque cuando la cadena de televisión AMC quiso reducir el número de episodios de la última temporada para abaratar costes -cada uno costaba tres millones de dólares- los productores contestaron que, si no les renovaban por el número que querían ellos, se iban a ir a otra cadena. No obstante, el azar sí intervino en otros aspectos de la serie.
Jesse (Aaron Paul), por ejemplo, debía morir en la primera temporada pero el parón en el rodaje provocado por una huelga de guionistas permitió a los creadores de la serie observar las reacciones del público televidente y comprobar que todo el mundo estaba encantado con lo bien que funcionaba la pareja Walter/ Jesse, de modo que le "indultaron".
Otro ejemplo: la escena de la pizza que Walter arroja al tejado en un capítulo de la tercera temporada salió bien a la primera, contra todo pronóstico. No hubo truco: Bryan Cranston es tan bueno que incluso vence a la ley de la gravedad. Sus seguidores le imitan pero, de momento, todos han causado grandes estropicios. Un "fan" incluso pretendía adquirir la pizza original, que no se rompió, pero le dijeron que la habían tirado a la basura. Probablemente tampoco habría resultado comestible, dado el tiempo transcurrido entre el día del rodaje y el de la emisión del capítulo en cuestión.
La casa en la que se filmó la escena, actualmente propiedad de una señora de Albuquerque apellidada Padilla, ha llegado a recibir hasta cuatrocientos visitantes al día que querían hacerse fotos ante la puerta, además de los intrépidos e incívicos lanzadores espontáneos de pizzas, a los que han tenido que pedir que paren ya de una vez, que eso no es ningún deporte.
El embarazo de Skyler tenía truco a medias porque la verdadera preñada no era ella sino otra actriz de la serie, Betsy Brandt. Filmaron la tripa de Betsy y la insertaron en el cuerpo de Anna Gunn, que hacía de Skyler.
Lo que si era falso era la droga, claro. La supuesta anfetamina era pura y simplemente azúcar corriente, del de toda la vida. Curiosamente, Bryan Cranston tiene un perro llamado Sugar (azúcar).
El rodaje de "Breaking Bad", por cierto, se realizó en Albuquerque porque el estado de Nuevo México ofreció condiciones fiscales favorables a los productores, ya que en la primera versión del guion la historia se desarrollaba en la ciudad californiana de Riverside. Y las coordenadas del lugar donde Walter guardaba el dinero son las del párking de los estudios en los que se grabaron los interiores pero, desengañémonos, en la vida real no hay dinero escondido allí .