Sin certezas, desinformada. La familia de David Alarcón, el camionero terrassense al que primero dieron por desaparecido y luego fue retenido y encarcelado en Francia, asegura no saber nada sobre los cargos que pesan sobre el transportista. David Alarcón está preso en un centro penitenciario galo junto a su compañero, Fernando Augusto, vecino de Mollet del Vallès.
Un hermano de David se desplazó ayer a Francia con la esperanza de enterarse de algo, de que las autoridades del país vecino soltasen prenda sobre la situación de ese vecino de Can Boada del Pi, de 50 años, un camionero que el lunes de la semana pasada salió de su casa, de madrugada, y se dirigió a Parets del Vallès para empezar allí un viaje con destino a Alemania. Él y su compañero Fernando se iban a turnar al volante de un tráiler cargado con una docena de palés de un producto derivado del plasma sanguíneo, de proteínas plasmáticas valoradas en un millón y medio de euros. El martes de madrugada, Fernando habló con su esposa.
El camión atravesaba Estrasburgo y faltaba muy poco para cruzar la frontera de Francia con Alemania. El rastro de David y Fernando se esfumó. Raro era que el camionero terrassense no contactase con su familia varias veces al día durante sus trayectos internacionales, por lo que su esposa, y la de Fernando, interpusieron el miércoles una denuncia por desaparición ante los Mossos d’Esquadra. La Interpol comenzó también a realizar gestiones. En un principio se sospechó que la desaparición podría estar relacionada con la mercancía.
Los parientes de los transportistas, estragados por el desasosiego, no supieron nada de ellos hasta el viernes. A David le dejaron llamar a su cónyuge. Los dos desaparecidos estaban sanos y salvos, pero en manos de la policía francesa. Luego pasaron a disposición judicial.
La conversación duró muy poco, unos segundos. Montserrat, la esposa de David, no ha vuelto a hablar con él. Ayer, llena de congoja, aseguró que seguía sin saber nada de su marido, del porqué de su situación, de su reclusión.