Las obras de la autovía B-40 avanzan ocultas a la atenta mirada del Vallès, donde el rumor de la paralización de los trabajos sigue planeando.
Las máquinas regresaron al proyecto el pasado mes de febrero para remprender el tramo central de la obra, entre Viladecavalls y Olesa, y los equipos siguen sobre el terreno, aunque bajo tierra.
La UTE (Acciona, Copisa y Comsa) adjudicataria del proyecto trabaja en estos momentos en la construcción de los dos túneles de 1,2 kilometros de longitud que atravesarán la montaña en dirección a Abrera. Los equipos ya han perforado una tercera parte de la primera galería, es decir 400 metros de los 1.200 de longitud proyectados. El segundo túnel, que avanza con 50 metros de decalaje, lleva perforado 350 metros.
A ambas galerías les quedan más de dos años de obra civil, a los que habrá que sumar la equipación técnica (ventilación, seguridad antiincendios, señalización, equipamiento eléctrico e iluminación, cámaras de tráfico, etc). Pese a los requerimientos de la Generalitat y del territorio para que se agilicen los trabajos y el tramo esté operativo en 2018, el Ministerio de Fomento sigue situando el final de la obra entre principios y mediados de 2019.Fuentes próximas al proyecto aseguran que los túneles dificilmente podran estar listos antes de esa fecha.
El tramo pendiente del IV Cinturó tiene 6 kilómetros de longitud y comprende los túneles de Olesa, un gran nudo de comunicaciones en Viladecavalls y un tramo intermedio de autovía que discurre en paralelo a la riera de Gaià.
Durante los próximos tres años, el Ministerio tiene previsto acometer en paralelo a la perforación de los túneles y la construcción de la carretera y el nudo de Viladecavalls. Las obras están ejecutadas parcialmente y los equipos creen que en poco más de un año pueden estar listas.
Excavación mecánica
Para la construcción de los túneles de Olesa se ha recurrido al método tradicional de escavación mecánica. En el subsuelo, un martillo picador de 5 toneladas de peso seguido de una retroescavadora perfora las galerías y construye el túnel en tres fases.
En la primera el martillo y la retroexcavadora avanzan a tramos de 1,20 metros. Excavan el subsuelo, instalan una viga de acero curvada y proyectan una capa de 40 centímetros de hormigón que conforma la cavidad.
En esta fase se acomete sólo la mitad superior del túnel, que será una galería redonda de 18 metros de diámetro, los necesarios para acoger tres carriles de circulación con arcén ampliables a cuatro.
En la segunda fase se excava la parte central del túnel y se instalan las paredes laterales y en la tercera, se perfora la contravuelta de la galería y se recubre de hormigón. Los equipos construyen una media diaria de tres tramos de túnel, unos 5 metros por jornada.
Fuentes del proyecto explican que el subsuelo de la zona es rocoso pero de una consistencia menor a la esperada, de manera que los trabajos de perforación se estan llevando a cabo en condiciones óptimas. Los ingenieros esperaban encontrar agua y no ha sido así, al menos de momento, otra buena noticia para el proyecto.
En este momento trabajan una media de 70 personas en la perforación de los túneles del IV Cinturó, medio centenar en la obra civil y el resto en oficinas.
¿Hasta Granollers?
En este momento están ejecutados dos tramos de la B-40; entre Terrassa y Viladecavalls y entre Abrera y Olesa. El trazado intermedio es el que está en obras.
El proyecto inicial de Fomento contempla el cierre de la autovía hasta Granollers, una obra que ha regresado a la escena política después de que el Ministerio de Fomento saque a concurso la redacción del estudio informativo. El documento caducó en dos ocasiones y ahora afronta una nueva redacción en un contexto político, económico y medioambiental completamente distinto.
El Gobierno de Mariano Rajoy ha dejado clara su intención de completar la B-40 hasta Granollers y la Generalitat le ha pedido que, antes de dibujar el trazado, escuche al territorio, todo un reto de futuro.
De entrada los grandes municipios, que habían sellado un acuerdo de trazado, ahora discrepan sobre la necesidad de completar la autovía.
Sabadell rechaza la prolongación, mientras Terrassa reivindica el acuerdo inicial y defiende que, como mínimo, la autovía continúe hasta la Ronda Oest de Sabadell y la carretera de Castellar. En este momento el IV Cinturó acaba en una rudimentaria rotonda en Can Roca.
El alcalde de Terrassa, Jordi Ballart, impulsa un pacto por el IV Cinturó entre las ciudades de la segunda corona, mientras las patronales y las cámaras de comercio reivindican las bondades de la infraestructura. Frente a ellos, formaciones de izquierda y ecologistas cuestionan la vigencia de una infraestructura, la B-40, proyectada en los años 60, y reclaman una reflexión a fondo sobre las necesidades reales de movilidad del territorio.