Terrassa

Vallparadís se vistió de fiesta para sonreír a los más pequeños

Es todo un reto para los organizadores preparar año tras año una Festa Major Infantil que seduzca a los niños y que entretenga a los mayores. Pues bien. Desde hace más de veinte años este objetivo se supera porque, visto lo visto, la Festa Major Infantil ha sido todo un éxito. Si bien el fin de semana los espacios centrales del Parc de Vallparadís estaban reservados para espectáculos y talleres, que tuvieron una gran afluencia de público, la jornada de ayer fue, como es habitual, la más esperada.

A pesar que a las 10.30 de la mañana el termómetro ya superaba los 25 grados, el goteo de gente al Parc por los diferentes accesos fue incesante porque los niños querían llegar de seguida para participar en la veintena de talleres y juegos diseminados por la Horta dels Frares, el Torrent Monner, el Pla del Castell y el de Cal Guardiola e instalados en los puntos estratégicos donde la sombra estaba asegurada.

Juegos y talleres
Así pues, con una numeración nada correlativa, descubrieron el taller de encontrar el caramelo dentro de un recipiente de harina; el de hacer un mural con piezas de tela; el de papiroflexia; el de buscar caramelos en un pajar; el de arcilla; el de hacer globos de arroz, collares de pasta, miniparacaídas, marionetas de papel, pintura y tableros de tres en raya, seguidos de otros más deportivos (fútbol, básquet, tenis de mesa y ajedrez con piezas gigantes) y también de juegos malabares.

Por la tarde, se sumaron las escaleras musicales (con sartenes y cazuelas), los castillos de arena (para que los más pequeños jugaran como si estuvieran en la playa) y el de pintura con acuarelas.

Unas 4.000 raciones

Muchos eran nuevos y sustituían a los más clásicos de la matinal del lunes de Festa Major, como el taller de cuadro de sal, el maquillaje facial o la construcción de maracas con legumbres. Unos cambios que, a tenor de la participación, fue del agrado de los niños. Prueba de ello es que algunos tuvieron que cerrar antes de tiempo porque se quedaron sin material, como fueron algunos de manualidades y el de construcción de un paracaídas.

Los padres y abuelos fueron pacientes y esperaron a buen recaudo el inicio de la jornada, que comenzó a las 11. El horario previsto tras el reparto inicial de las 4.000 raciones de chocolate caliente con melindros que distribuyeron en el punto de avituallamiento habitual, situado debajo del puente de la avenida de Jacquard.

A diferencia de otros años, los asistentes pudieron degustar bajo la sombra que proporcionaban los tres entoldados instalados para la ocasión el tan delicioso desayuno, cosa que muchos agradecieron. Una fuente de energía extra para sobrellevar una matinal en que los niños eran los que mandaban en un continuo ir de aquí para allá. Primero, para participar en los talleres y, segundo, para escuchar con atención los espectáculos programados, como las dos sesiones de cuentos en inglés y la obra de magia "Potadecabra", de Félix Brunet.

Pero también para aguantar los deseos insistentes de los niños para hacer un recorrido en el "trenet" (previo pago del euro del billete) y del carruaje tirado por dos mulos, que reproducía una antigua tartana con cabida para doce personas (a dos euros por persona y viaje).

Los romanos en la Seu d’Ègara
El año pasado se innovó con la actividad "La mainada al Museu", para niños de 3 a 6 años con la narración de cuentos de princesas (que se ha vuelto a celebrar con éxito de público) y, este año, lo han hecho con una actividad pensada para que descubrieran la parte más romana del conjunto monumental de la Seu d’Ègara.

Una visita de poco más de media hora en la que Silvia, una de las arqueólogas del recinto, narró la historia a través de una marioneta romana llamada Grània.

Los niños tuvieron que localizar los restos del pedestal del emperador, el dibujo de la ballena del mosaico, la variedad de vasijas y el portal de acceso al antiguo templo accediendo a dos de las joyas de este conjunto monumental, como son las iglesias de Santa Maria y Sant Miquel, y descubriendo los restos arqueológicos visibles a través de las escaleras envidriadas. Un juego de pistas que encantó a los pequeños visitantes que, de esta manera, conocieron la monumentalidad de un recinto de más de 1.500 años de antigüedad, que por Festa Major siempre está abierto al público sin coste alguno.

Una visita que se celebró a las 11 y a las 12.30 del mediodía. Los que asistieron a la última eran conscientes de que tendrían que salir pitando hacia la fiesta del agua, prevista para las 13.30 y que reunió a más de un centenar de personas que vieron en esta actividad la gran oportunidad para combatir el sofocante calor, que a esa hora ya superaba los 30 grados de temperatura.

Una cuba de Eco Equip, con 10.000 litros, fue la que suministró el agua que, a manguerazo limpio, hizo las delicias de familias y de grupos de amigos preparados para la ocasión.

Si bien no se vació por completo, es una de las actividades más esperadas y anunciadas por Xuli Vert (el personaje amenizador de la Festa Major Infantil, interpretado por la actriz Anna Riba) que, ataviada con su inconfundible sombrero con flor y su falda verdiblanca, hizo las delicias de los niños durante los tres días en que ellos fueron los protagonistas de un Parc que se ha convertido en escenario de una fiesta, que es única en la comarca.

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