Pesa más de ochenta kilos, solo se deja ver por la ciudad en ocasiones muy señaladas, como la diada de Sant Jordi, la Fira Modernista y, sobre todo, en Festa Major. Es entonces cuando su tradicional "baixada" desde la carretera de Matadepera se convierte en el indicio más evidente de que la celebración anual por antonomasia de Terrassa está a punto de empezar. Ayer entró, como siempre infundiendo alegría, en pleno Raval de Montserrat. Los egarenses le conocen bien. Desde hace 35 años, en concreto. Y saben que la presencia ante el Ayuntamiento y por estas fechas del Drac de Terrassa (que es así como todos llaman a la desvergonzada bestia) marca el inicio inequívoco de la Festa Major.
Pero tras el rito de la "baixada del drac", y del encendido espectáculo del Raval infernal que ayer pudieron ver propios y extraños, existen muchas horas de ensayos, pasión, compañerismo, y muchas ganas de ritmo y de dar con el paso de baile adecuado. Todo en una colla, la del Drac de Terrassa, que en esta Festa Major está de aniversario. No solo por los 35 años que cumple tan famoso dragón, sino también porque el "drac" infantil, el que llevan los más pequeños, ha llegado ya a la mayoría de edad.
Fue después de la Fira Modernista de inicios de mayo, cuando la entidad empezó ya a preparar una Festa Major tan especial. "Como el Drac de Terrassa cumple 35, esta vez tendrá el honor de protagonizar el primer encendido de fuego del Raval infernal. Normalmente lo hacemos con el drac nuevo", explicaba Dani Salazar, "cap de colla", el jueves pasado durante un ensayo.
Exposición
El detalle que el grupo tendrá con su animal más veterano no será el único síntoma que haga pensar en que esta Festa Major será distinta para este ejemplar del bestiario catalán. Otra prueba de la particularidad del momento es que ayer, después de que el Drac hiciese su aparición estelar en el Raval de Montserrat, se inauguró una exposición fotográfica en la Casa Soler i Palet (calle de la Font Vella, 28). El motivo es el trigésimo quinto aniversario del Drac de Terrassa.
La muestra resulta una buena oportunidad para conocer la historia de este arraigado grupo de cultura popular que dio sus primeros pasos en el año 1981. La "colla" nació cuando se presentó la reproducción en cartón piedra del antiguo dragón que habitaba la ciudad. El que, según indica el Arxiu Municipal de Terrassa, se remonta a mediados del siglo XIX. Entonces era de madera y cuentan que tampoco se perdía una Festa Major.
En la de este año, Drac de Terrassa estará presente en el pasacalles que hoy, a las seis de la tarde, saldrá del Raval de Montserrat. Y también en el "correfoc" de las once de esta noche, que partirá de la plaza del Comte Guifré, en el Centre. El "drac nou", el de "foc", y no el "vell", suele protagonizar estas citas. En cambio, el animal originario, el "vell", el estimado Drac de Terrassa es siempre uno de los invitados de honor al "ball de plaça" posterior a la "sortida d’ofici" del domingo por la mañana. Ante los representantes políticos y en un ambiente de tumulto y gala, siempre hay quien tiene que hacer bailar al Drac. "Elegimos a la persona por orden de antigüedad en la colla. Y nadie repite. El ball de plaça solo lo haces una vez en tu vida", explica Dani Salazar.
En esta ocasión, el gran momento recaerá en Toni Sarvós, que lleva once años en el Drac de Terrassa. "Ante todo, será muy emocionante", asegura. "Yo creo que los pasos de baile me saldrán solos. Los tengo muy ensayados", dice. "Con la fuerza, no hay ningún tipo de problema. Puedo con el Drac. Se trata más bien de buscar el equilibrio", apunta Sarvós.
Unas setenta personas, de todas las edades, géneros, barrios y tamaños, se han implicado con la entidad en la Festa Major. Como siempre, no faltan las "gralles" y los "tabals". Ni las ganas de divertirse. Que en definitiva, y en estos días más que nunca, es de lo que se trata.