La CUP celebró el pasado viernes una asamblea abierta para rendir cuentas de su actuación a lo largo de este primer año de mandato y definir las prioridades del nuevo curso.
Una de las conclusiones del encuentro fue "la constatación de las limitaciones" que tiene la gestión municipal. "Muchas veces las políticas que se pueden hacer desde un Consistorio son parches para taponar una urgencia, pero no son elementos que transformen el conflicto", considera la CUP. Un ejemplo de esta limitada capacidad del Ayuntamiento lo encuentra la formación en la gestión del problema de las 44 familias que viven en un bloque "ocupado" en Les Arenes, a quienes Endesa les ha cortado la luz. Darles una solución definitiva no solo requiere de una actuación supramunicipal, sino que implica "desobedecer".
La CUP hizo autocrítica y asumió la "falta de profundidad" con la que han abordado algunos temas, fruto de su inexperiencia. Para el curso 2016-2017, la formación se centrará en la elaboración de los presupuestos, la gestión del agua y el cambio de modelo de seguridad.