Karles Torra es un periodista musical, crítico de jazz y de rock, que ha colaborado con infinidad de medios y que trabaja como colaborador asiduo, desde hace varios años, para el rotativo La Vanguardia. Para ese diario cubre, año tras año, el Festival de Jazz de Terrassa, evento que conoce al dedillo y que analiza con iguales dosis de conocimiento y afición.
En paralelo, se han cruzado en su camino otras artes y artistas cuya obra, vida y bibliografía ha analizado con singular acopio de esmero y paciencia; entre esos grandes del pensamiento y/o de la creación artística, está el gran pintor ampurdanés Salvador Dalí (1904-1989), objeto de su primer libro como conocedor y estudioso del universo musical: “Dalirium Sonic. Dalí, su relación con la música y las estrellas de su tiempo.”
El punto de partida de este riguroso y muy entretenido texto ha sido la errónea creencia (como bien demuestra el autor) de que, “de entre todas las artes, la música era la que menos interesaba al genio ampurdanés.” A lo largo de algo más de cien páginas, Karles Torra demuestra que fue todo lo contrario, que Dalí fue un auténtico melómano y comprador compulsivo de discos que además estuvo más que interesado por un amplio abanico de estilos y géneros, desde el jazz y el blues al rock progresivo, pasando por el flamenco el pop o la música clásica, conociendo y compartiendo experiencias con todo tipo de artistas, y viviendo con ellos experiencias a menudo hilarantes, muy en sintonía con la personalidad poliédrica y muy de “alucinogenio” de Dalí. La misma fascinación que en él causaron personajes como Alice Cooper, Satie o Elvis Presley, la causó él en compositores que le dedicaron temas o incluso álbumes enteros a lo largo de toda su vida, y también después de su muerte.
Detalles ocultos
El relato revela detalles ocultos y se maneja en base a una auténtica concatenación de hechos y anécdotas, estampas o instantes de una vida personal y artística abrumadoramente intensa. Algunas de esas anécdotas son muy conocidas, y otras son auténticos descubrimientos, valiosos hallazgos fruto de un largo proceso de investigación. Los datos son tan abundantes que invitan al lector a indagar y a interesarse más por las experiencias de un personaje singular e irrepetible.
Karles Torra llegó a esa misma conclusión, siendo aún un niño, cuando vio por primera vez a Dalí: “Me dejó alucinado, y pensé… El mundo se divide en dos; Dalí y el resto.” A lo largo de su vida, no tuvo ocasión de conocerle directamente “pero sí a gente muy amiga de Dalí. De ese modo he podido conocer muchos aspectos que podían estar ocultos”, relata.
Un estreno histórico
Otro punto de inflexión fue cuando, “en mayo en 1986, tuve el privilegio de asistir al estreno de la ‘Hiparxiologi’ o ‘Ritual de la religió catalana’ de Francesc Pujols, en el Teatre-Museu de Dalí en Figueres. Dalí estaba en esa época muy enfermo, pero siguió el acto por un circuito cerrado de televisión. Eso sí que me marcó, que se estrenara allí por expreso deseo de Dalí. A partir de ahí me interesé por diversas facetas de Dalí, la filosófica, la musical, la literaria. Me leí la novela ‘Rostros ocultos'”, explica. Desde 1995 ha escrito diversos artículos sobre Dalí, entre ellos “La surrealdèria” para el catálogo de una exposición que tuvo como comisarios a Pau Riba y Víctor Nubla, aunque cuando comenzó a tratar el tema estrictamente musical aún más a fondo es a partir del año 2004, profundizando para diversas publicaciones del grupo Enderrock en temáticas como la relación de Dalí con el jazz y con el rock. A partir de ahí surgieron editores interesados en ampliar el tema, pero no fue hasta la entrada en escena de editor Àlex Gómez-Font, que el libro ha podido convertirse en realidad.
A la hora de enfrentarse a todo el material acumulado, “he optado por un método que seguía Dalí; él trabajaba por acumulación, no por selección.” De este modo, ha volcado toda la información, aunque lo cierto es que nada tiene desperdicio. “Dalí, como personaje, es tan divertido que no hace falta ningún apunte literario, sólo contarlo con realismo… Del surrealismo ya se encarga él.”
Divertidas anécdotas
Dalí protagonizó anécdotas divertidísimas con John Lennon (aceptando su proposición de promocionar la paz si a continuación promocionaba junto a él la guerra, al grito de los versos de Salvat-Papaseit “l’amor i la guerra és la sal de la terra”), Elvis Presley (quien no dudó en regalarle su camisa, que a Dalí le fascinaba, marchándose de su casa con el torso desnudo), Alice Cooper (quien señaló que “Dalí era un extraterrestre que eligió Catalunya para vivir”)….
Frecuentó a Andy Warhol (quien guardó los pinceles de Dalí en una de sus famosas cápsulas del tiempo, junto a la letra manuscrita de “Heroin”, de la Velvet Underground), compartió musa con David Bowie, realizó portadas para artistas como Paco Ibáñez, inspiró a Serge Gaingsbourg en la letra de “Je t’aime, moi non plus”, se quedó fascinado por Máquina!, y conectó ampliamente, tal como señala sagazmente Torra, con el “star system” mundial. Entre tanto, fue pionero de los “happenings”, del arte multimedia, un genio avanzado a su tiempo. El libro incluye además, para ayudar a hacer su retrato, entrevistas con tres personajes que le conocieron a fondo; Joan Illa, Eliseu Huertas y Pau Riba.