Dos gigantescas botellas de Coca-Cola en la entrada del hotel Don Cándido anunciaban hoy que, en el interior, tenía lugar la feria internacional e coleccionismo de todo tipo de objetos relacionados con la bebida. La sala Vallparadis ha sido, desde las nueve de la mañana hasta las tres de la tarde una auténtica cueva llena de tesoros para los coleccionistas: botellas y latas de una casi infinita variedad de años, paises y ocasiones, pins, calendarios, juguetes, discos, revistas, anuncios, material promocional y de merchandising de todo tipo. Todo ello exhibido en mesas y para la venta o el intercambio por 42
coleccionistas, algunos procedentes de China, Francia, Italia, Estados Unidos, Canadá. El valenciano Jorge Gresa ofrecía un ejemplar de 1894 de la Hutchinson, la primera botella de Coca-cola. A 2.500 euros. Un precio superior, 3.500, tenía un ejemplar de la lata producida para ser llevada al espacio en la nave Challenger. Pero el visitante también podía hacerse con latas actuales a cincuenta céntimos o calendarios de bolsillo de la década de 1950 a dos euros. El Cola-Cola Collectors Spain Club, que organizaba el evento, hace un balance muy satisfactorio del mismo y destaca el alto número de visitantes, que en algunos momentos casi colapsan la sala, y el hecho de que, en su mayor parte, no eran curiosos sino aficionados y conocedores del tema
La feria también ha contado con la participación de Antoni Martínez Andreu, propietario en Castellar del Vallés de un museo-colección con quince mil piezas, que ha motivado la realización de botellas conmemorativas especiales.