Los terrassenses han demostrado en los últimos años que saben ponerse en la piel de quienes peor lo pasan debido a la crisis. Así lo han cerciorado las diversas campañas de recogida de alimentos para los más desfavorecidos que, como el Gran Recapte de la Fundació Banc dels Aliments, se han sucedido en la ciudad desde que estalló una tormenta económica que no acaba de pasar.
Ahora, llegados ya a las puertas de la cuarta edición de la iniciativa “Omplim El Rebost”, no vale bajar la guardia. Así lo indican en la Xarxa d’Entitats de Distribució Social d’Aliments de Terrassa, organizadora de esta campaña de donación de comida que tendrá lugar el viernes y el sábado en un total de 23 supermercados de Terrassa. Esta cifra, la de 23, es menor que la de 28 súpers que en 2015 participaron en el “Omplim El Rebost”, una apuesta que de nuevo invitará a los clientes que entran en los comercios a hacer una aportación solidaria en forma de alimentos pensando en quienes no les salen las cuentas para comprarlos.
Objetivo: 35 toneladas
La idea inicial de los responsables de la campaña era que, en esta ocasión, se inscribieran en ella hasta 650 voluntarios. Son las personas que se encargan de informar de la iniciativa al público que accede al súper y de custodiar los alimentos recogidos. “Hoy debemos tener unos 460 voluntarios. El año pasado llegamos a 600”, comentaba ayer Albert Soler, técnico de Creu Roja y responsable del Rebost.
Los voluntarios se apuntan a uno o más turnos de tres horas, y también eligen en qué supermercado quieren estar. Pero como por ahora hay menos “colaboradores” inscritos que el año pasado, los organizadores han decidido cancelar la recogida de alimentos en dos súpers de la ciudad. “En los establecimientos del Roc Blanc y Les Arenes es donde más voluntarios faltan, aunque por ejemplo en el Mercadona de la Rambla d’Ègara también existen turnos en los que no hay nadie apuntado”, dice Soler. Además, como el ritmo de las inscripciones de voluntarios es más lento de lo previsto, El Rebost ha revisado a la baja el volumen total de alimentos que espera conseguir. Si en un principio el objetivo era lograr entre 35 y 40 toneladas de comida, ahora la meta es obtener de 30 a 35. En 2015 se llegó a 38.
Inscripciones
En todo caso, Albert recuerda que hay tiempo hasta el próximo jueves para registrarse como voluntario en la campaña, llenando el formulario que aparece en la web elrebostdeterrassa.cat. “Las inscripciones se cerrarán en algún momento del jueves”, afirma. Si el formulario ya no estuviera disponible, otra opción sería escribir un correo (rebostdeterrassa@gmail.com), indicando cuál es la disponibilidad horaria, a la espera de que los organizadores señalen a qué supermercado convendría acudir.
En esta edición, las entidades de El Rebost se han propuesto que los alimentos que donen los terrassenses se ajusten al máximo a aquellos productos que faltan en los estantes del almacén. En este sentido, en El Rebost invitan a que los egarenses aporten botellas de aceite de un litro, latas de atún, de sardinas, de caballa y tomate, cacao soluble, cereales para el desayuno, leche y paquetes de macarrones y fideos.
Los alimentos que los ciudadanos ofrezcan en la campaña acabarán en el edificio central del Rebost. Es decir, en una enorme despensa de comida situada en la calle de Santa Maria Mazarel·lo, número 94. En esta nave trabaja a diario Creu Roja (gestora del Rebost, un proyecto impulsado por el Ayuntamiento de Terrassa). Allí, la organización humanitaria ofrece cada mes alimentos a 720 familias. También en el edificio de Santa Maria Mazarel·lo dan víveres, dos veces al mes, las entidades locales Acau y Gent Solidària.
Pero la comida recaudada no solo se repartirá en la nave de Santa Maria Mazarel·lo, ya que el Rebost funciona como una auténtica red de entidades distribuidas por toda ciudad. Así, las otras seis asociaciones que hilan la telaraña solidaria del Rebost (Càritas, Fundació Busquets, Alba, Manantial de Vida, Eden y la Iglesia Evangélica Esmirna) también se valen de los alimentos del almacén central para luego repartirlos en sus propias sedes entre la población menos favorecida. “La práctica totalidad de las personas que reciben alimentos del Rebost nos llegan derivadas de los servicios sociales del Ayuntamiento, debido a que están en una situación económica o social precaria”, explica Soler.
A todos ellos. El Rebost les ofrece un lote mensual con una cesta estándar de alimentos secos (arroz, legumbres, conservas de pescado, galletas, leche, aceite, pasta y zumos de fruta), además de frescos (fruta y verdura).
Para los niños se dan cereales, cacao y un suplemento de leche y galletas. Y pensando en los recién nacidos hay leche de continuidad, potitos y papillas.