El equipo técnico del área de movilidad del Ayuntamiento de Terrassa ya tiene listo el Pla de Mobilitat Urbana 2016-2021 y ahora deberá pasar a debate político. Ante esta situación, la CUP hizo una valoración del nuevo documento, que pretende restar protagonismo al vehículo privado motorizado para dárselo al peatón y promover tanto la bicicleta como el transporte público. En líneas generales, la formación anticapitalista se muestra favorable al nuevo programa pero pide al Ejecutivo más concreción y ambición. “Nos gusta pero queremos que sea más potente”, explicó el cupero Ander Zurimendi, que lamenta la falta de una reserva presupuestaria concreta.
La CUP considera que se debe ir más allá de las líneas trazadas en este plan ya que “no vamos a poner parches sino a transformar la ciudad al servicio de la ciudadanía”. Según la formación, constantemente se superan los índices de contaminación del aire establecidos por la UE y por eso, las “medidas de limitación del uso del coche deberían ser mucho más contundentes” que las actuales, implementando medidas complementarias para la promoción, mejora y consolidación del transporte público y la bicicleta.
En esta línea, la CUP apuesta por incrementar el número de carriles bus y bici. En las vías donde cohabitan coches y bicicletas, defienden multiplicar los señales horizontales que recuerdan, en la entrada de una calle, que se trata de una zona 30. “Faltan pictogramas de bicicleta en los carteles y los carteles deben ser mucho más numerosos”, señalan, a la vez que creen que hace falta más pedagogía entre la ciudadanía, barras para cerrar las bicicletas y medidas para evitar robos. Además, destacan la posibilidad de recuperar el servicio de alquiler público de bicicletas Ambicia’t.
También ven con buenos ojos la creación de una zona urbana de atmósfera protegida (zuap) delimitada por el Passeig 22 de Juliol, la avenida Barcelona, la carretera de Montcada, la calle Santa Maria Mazarello y la avenida Àngel Sallent, en la que se limite la entrada de los vehículos más antiguos o más contaminantes, se priorice al paso de peatones, se peatonalicen algunas calles o se reduzca de 50 a 30 km la velocidad máxima permitida.
Más concreción y calendario
Por otra parte, la CUP se muestra favorable a llevar a cabo microactuaciones urbanísticas de bajo coste que permitan generar “un espacio público de calidad que valga la pena ser vivido” como pintar el suelo con elementos decorativos, la instalación de jardineras, mobiliario urbano, fuentes de agua y zonas de juegos infantiles. El grupo municipal también defiende la vinculación del Mapa de la Ciutat Prohibida, que detallará las zonas de inseguridad nocturna para las mujeres, con las políticas de movilidad.
Aun así, la organización política considera que hace falta una calendarización y una priorización de las propuestas, así como un asignación económica concreta que facilite que las propuestas de intervención no acaben un cajón por falta de presupuesto. Así pues, la formación pide el compromiso del bipartito para ejecutar el programa.
La intención del equipo de gobierno es debatir el plan de movilidad en el pleno municipal del mes de junio.