Los adoquines de los pasos de peatones de la Rambla tienen los días contados. El equipo de gobierno prevé sustituirlos por pavimento asfáltico este verano, probablemente en agosto, aprovechando el descenso de la actividad en la ciudad.
El teniente de alcalde de Territorio y Sostenibilidad, Marc Armengol, explica que el proyecto aún se está acabando de redactar, pero que la previsión es que las obras empiecen este mes de agosto, aprovechando que desciende la movilidad en Terrassa y que el perjuicio sobre el tráfico será menor. Con el calendario fijado ahora se cumple una decisión que ya se tomó en el anterior mandato. A finales de 2014, de hecho. Después de continuas reparaciones del pavimento debido al rápido y constante deterioro de las losetas situadas en los pasos de peatones de la Rambla, el anterior bipartito (PSC e ICV-EUiA) encargó hace un par de años un estudio a la UPC para conocer las causas de este desgaste y proponer soluciones.
El informe, redactado por el arquitecto Antoni Paricio, de la Escola Tècnica Superior de Arquitectura del Vallès, recomendó sustituir las losetas por asfalto para reducir el deterioro del pavimento y el nivel de mantenimiento de la calzada, que se ha disparado desde que en 2011 el Ayuntamiento reurbanizó la Rambla y optó por estos adoquines prefabricados de hormigón.
Desde entonces, todos los veranos ha sido necesario hacer reparaciones para ir cambiando las piezas que se iban estropeando. Todos los veranos, menos el pasado, que el Ejecutivo local descartó nuevas sustituciones ya que la decisión de cambiarlo por asfalto ya estaba tomada. Lo que se hizo entonces fue reparar los desperfectos con asfalto en frío, mucho más económico que volver a colocar losetas, comenta el director de servicio de Obras y Mantenimiento del Espacio Público del Ayuntamiento, Salvador Navarro. Es probable que antes del mes de agosto se realice una actuación similar en algunos otros puntos de la Rambla donde es urgente actuar.
Funcionalidad y estética
El estudio de Paricio determinó que los adoquines no resisten el desgaste debido a la intensidad del tráfico pesado que soportan. El Ayuntamiento aseguró que antes de colocarlos, el material pasó las pruebas de resistencia, aunque admitió que estos ensayos mostraron que las losetas estaban “al límite” de su capacidad de resistencia. Aun así, se optó por colocarlas.
El equipo de gobierno anterior, concretamente la concejal Carme Labòria (ahora en el grupo de la oposición ERC-MES), admitió que el material había “fallado” y explicó que el principal objetivo de la sustitución definitiva por asfalto (la opción menos deseada, pero la que se ha antojado más efectiva) es compatibilizar la estética con la funcionalidad y reducir el gasto en mantenimiento.
Precisamente, sobre la estética faltan aún algunos detalles por fijar. En un primer momento se pensó colocar pavimento rayado cuyo dibujo simulara adoquines, pero finalmente parece que se ha descartado esta opción. El técnico Salvador Navarro comenta que el pavimento que tenga cualquier dibujo sobreimpresionado “genera bastante ruido” al paso del tráfico, por lo que es poco aconsejable en una vía como la Rambla que soporta la circulación de casi 500 autobuses al día en los dos sentidos de la marcha. Es más que probable que el Ayuntamiento opte por colocar suelo liso, aunque se está valorando el tema del color.
En la parte norte de la Rambla, a la altura de los antiguos juzgados, ya se sustituyeron las losetas por asfalto en 2013 tras constatarse que era uno de los puntos débiles de la reurbanización ya que el firme se destrozaba con muchísima frecuencia. Entonces se puso pavimento asfáltico de color beige para que fuese en consonancia con los tonos utilizados en el resto de la vía. Sin embargo, el paso del tiempo (no fue necesario demasiado) evidenció que el trajín de los autobuses borra enseguida ese tono peculiar. El concejal Armengol asegura que la solución que finalmente elijan “intentará que respete el diseño original de la Rambla”, aunque desde los servicios técnicos aún no han hallado la fórmula en lo que se refiere al color.
En varias fases
El proyecto de sustitución de los adoquines de los pasos de peatones de la Rambla está valorado en 120 mil euros, aunque es probable que no puedan cambiarse todos los pasos de peatones este verano y sea necesario hacerlo por fases debido a falta de disponibilidad presupuestaria. Salvador Navarro explica que si no se puede abarcar toda la inversión necesaria, actuarán primero en aquellos puntos adonde el firme está más deteriorado. Lo que sí parece claro es que de la ejecución de las obras se encargará una empresa externa.