Un control de seguridad desplegado por los Mossos d’Esquadra en Sabadell terminó con el hallazgo de unos cuarenta gallos de pelea que fueron incautados, casi mitad por mitad, a los ocupantes de un vehículo en esa ciudad y en un huerto de Terrassa. La intervención derivará seguramente en la tramitación de una denuncia administrativa. La mayor parte de los animales presentaba lesiones.
La actuación policial se desarrolló el pasado 12 de mayo en la localidad de Sabadell. En realidad, allí comenzó, pero acabó en Terrassa. A las cinco de la mañana de aquel día una dotación de los mossos que había establecido un control de seguridad ciudadana en la ciudad vecina interceptó un vehículo; algo despertó las sospechas de los agentes, que tan pronto pararon el coche observaron que sus cuatro ocupantes, todos menos el conductor, llevaban encima, como se llevaban antaño las aves, unos gallos. Dos ejemplares cada individuo.
Había ocho gallos en el habitáculo del coche, portados por aquellas personas, pero a los pocos minutos los mossos encontraron más en el mismo vehículo. Según fuentes policiales, los agentes identificaron a los cinco viajeros y registraron el automóvil. Y en esa inspección encontraron más animales: once gallos más, que habían sido ocultados en un saco.
En un huerto
Al parecer, los identificados contaron que habían salido de un huerto familiar ubicado en Terrassa; se dirigían a la ciudad de Barcelona con su insólita carga de plumas y crestas. Los mossos trataron de esclarecer aquello y al cabo de unos minutos apareció por allí una mujer, la supuesta propietaria del dicho huerto.
Aquellas aves no eran suyas, se defendió la mujer. A continuación los policías acudieron al terreno del que habían salido los gallos y en el huerto localizaron más animales: veinte gallos y cinco gallinas.
Los mossos se incautaron de las aves. En total, confiscaron 39 machos, gallos de pelea de la especie conocida como "combatiente español", unos ejemplares que presentaban estado de deterioro, con heridas en la cabeza y el cuerpo. Una unidad de medio ambiente de la policía autonómica entregó los animales a la Direcció General d’Agricultura i Ramaderia de la Generalitat de Catalunya.