Un autobús de la L1 prendió en llamas ayer cuando circulaba por la carretera de Montcada en dirección al centro de la ciudad. Todo apunta a que la chispa que atió el fuego se originó en la zona del alternador y prendió en un depósito de aceite.
El suceso ocurrió a las 9,15 de la mañana, a la altura del Parc de Vallparadís. Al parecer, fueron los viajeros los que se percataron de la presencia de humo en la parte trasera y dieron la alerta al conductor, que inmediatamente detuvo y desalojó el vehículo.
En pocos minutos, las llamas tomarón dimensión, haciendo estallar la luneta trasera del vehículo. La intervención del chófer, asistido por personal de Tmesa y por unos comerciantes, y la “rápida” llegada de los bomberos permitió frenar el avance del fuego, que no llegó a afectar a la cabina del autobús. Tanto el conductor como los 15 pasajeros que viajaban en el momento del siniestro resultados ilesos.
Al lugar del suceso se desplazaron ayer efectivos de la Policía Municipal y varias ambulancias del SEM, que no llegaron a intervenir. Sí fue necesario interrumpir la circulación del tráfico en los dos sentidos de la marcha durante el tiempo que duró la operación de extinción, una escena que varios pasajeros captaron con sus móviles.
“Pese a la aparatosidad del incendio, afortunadamente no tenemos que lamentar daños personales -comentaba ayer Marc Armengol, teniente de alcalde de Territorio y Sostenibilidad-. Además, los daños del vehículo son sólo externos”.
La proliferación de incendios
El de ayer es el cuarto incendio que registra la flota de Tmesa en menos de dos años. El primer bus ardió parcialmente en verano de 2014 y en noviembre de 2015 otro vehículo resultaba prácticamente calcinado en La Maurina.
Como ayer, el vehículo empezó a arder por la parte trasera y el chófer, que resultó intoxicado por inhalación de humo, desalojó inmediatamente a los viajeros, para regresar al bus con la voluntad de trasladarlo a un lugar más despejado y facilitar así la intervención de los bomberos.
Un mes después, el 17 de diciembre, la historia se repetía cuando otro bus prendía en llamas junto a una parada de la ronda de Ponent. En este caso el incendio fue de menores dimensiones, aunque el conductor también resultó intoxicado.
El bus que ardió ayer es uno de los más antiguos de la flota de Tmesa, que acusa un acentuado envejecimiento por la falta de relevo de sus unidades. El vehículo accidentado tiene 15 años, cuatro más que la media de vida del parque móvil, que se sitúa en los 11 años, y tres más que el límite de 12 aconsejado para los autobuses urbanos con una operatividad intensiva como los de Terrassa, a razón de 16 horas diarias.
Ya está aquí el refuerzo
La tensión del dispositivo se verá aliviada este verano con la incorporación de una flota de apoyo de cuatro vehículos de segunda mano adquiridos para el NitBus de Badalona, pero que no llegaron a operar. Los buses proceden de Madrid, acumulan 14 años, 600 mil kilómetros y disponen de sistema antiincendios. El importe global de la operación es de 20 mil euros.
El primer vehículo empezó a circular el sábado y el segundo lo hará en pocos días. Los dos restantes están acabando de ser equipados para el servicio (electrónica, electricidad, repintado e ITV) y se incorporarán en las próximas dos semanas.
La llegada de los coches de apoyo permitirá afrontar las altas temperaturas con una mayor dotación de vehículos y, en consecuencia, más capacidad de relevo en caso de avería.
La operación pretende dar un respiro a la flota de Tmesa a la espera de la llegada de 15 vehículos nuevos, 6 de ellos dotados con motor híbrido. Se trata de un minibus para el traslado de personas con movilidad reducida, cuatro vehículos articulados de 18 metros de longitud y diez unidades convencionales de 12 metros. Se espera que la partida móvil, que supone una inversión de 4,4 millones, llegue a final de este año o a principios de 2017.