El Ayuntamiento de Terrassa ha solicitado apoyo técnico a la Diputació de Barcelona para analizar los niveles de dióxido de nitrógeno que se registran en el entorno de los centros escolares de la ciudad. El objetivo es tener una radiografía del nivel de polución en los alrededores de los centros de enseñanza, con el objetivo de adoptar, si así lo sugiere el estudio, medidas orientadas a mejorar la calidad del aire.
Los técnicos centrarán sus primeras prospecciones en las zonas más contaminadas, las más próximas a las grandes vías de comunicación, así como las calles estrechas con alta concentración de vehículos y poca capacidad de evacuación de partículas contaminantes. Una realidad que se concentra sobre todo en el centro y el sur de la ciudad. El tráfico es el primer factor contaminante (80%), de manera que las mediciones de NO2 serán especialmente estratégicas en la primera fase del estudio.
El equipo utilizará tubos de difusión para la captación de muestras y su posterior análisis. Será la primera vez que se aborda un estudio pormenorizado de estas características en el entorno escolar, donde ya se han experimentado en la ciudad medidas de pacificación de tráfico que han redundado en una mejor calidad del aire.
Es el caso de la Escola Bisbat d’Ègara. Desde hace años, en horario de entrada y salida a las aulas, la calle de Sant Marian queda cortada al tráfico en el tramo escolar, convirtiendose en un espacio más de la escuela, un lugar de encuentro para los alumnos y sus familiares. La experiencia de los caminos escolares impulsados por las AMPAS de las escuelas Bisbat d’Ègara y El Vapor es otra iniciativa que persigue el desplazamiento autónomo de los alumnos a partir de los 10 años, habilitando un recorrido seguro, cómodo, arropado por una red de “tiendas amigas” y convirtiendo ese recorrido en un espacio sano y libre de contaminación.
El Pla de Millora de la Qualitat de l’Aire, aprobado en febrero de 2015 en Terrassa, incluye 43 medidas relacionadas prioritariamente con la movilidad cuya aplicación contribuirá a reducir 151 toneladas de emisión de dióxido de nitrógeno. La ciudad adaptaba así su normativa al Pla d’Actuació per a la Millora de la Qualitat de l’Aire Horitzó 2020, que entre otras cosas obliga a los municipios a redactar planes específicos de reducción de la contaminación del aire en los entornos escolares.
En Terrassa, el estudio lo llevará a cabo la Agencia d’Ecología Urbana de Barcelona, por encargo de la Diputació de Barcelona. Tras la captación de muestras, los especialistas analizarán los niveles de NO2 y elaborarán un mapa de las zonas de la intervención prioritaria.