Había ganas de flamenco pero tuvimos que aceptar con resignación haber tenido a Montse Cortés muy poco rato en el escenario, apenas cuatro o cinco temas que fueron la guinda de una velada intensa, configurada en torno a tres artistas que se llevaron sus dosis de protagonismo, en mayor o menor medida.
Abrió la velada el jovencísimo Pepe Fernández, un guitarrista nacido en Francia en el seno de una familia gitana de origen granadino. Se enfrentó solo en el escenario ante el público en al menos tres temas que dieron cuenta de un virtuosismo probablemente innato, y de una interpretación con tintes de modernidad, enérgica y devota. En la recta final de su mini recital, le acompañaron una parte de los músicos congregados, al cajón y a las palmas, para darle más vigor, si cabe, y variedad a su propuesta durante un par de temas más.
Tras un breve paréntesis les llegó el turno a los otros dos líderes, Montse Cortés y Manuel Parrilla, para dar rienda suelta a toda su jondura, aunque fuera de forma breve.
La gitanísima y rasgada voz de la cantaora y el magisterio de Manuel Parrilla se fundieron en un solo quejío, ya fuera lamentando el desamor o pidiéndole paciencia a Dios. La cantaora natural de La Mina, una experta intérprete en bulerías que se muestra cómoda en un buen número de palos, compartió con el público el "enorme privilegio" que supone para ella compartir escenario con Manuel Parrilla.
Fiesta final
Los músicos pusieron el broche todos juntos encima del escenario, evocando un final de fiesta flamenca que fue, una vez más, muy breve. Ni siquiera el bis consiguió saciar la sed de flamenco del respetable, con apenas una despedida a cappella que tuvo más de guiño interno que de regalo al público. Todo ello, eso sí, con evidente satisfacción y alegría.
Montse Cortés ha trabajado durante muchos años escondida por el semianonimato que significa formar parte de un cuadro flamenco, acompañando a bailarines de primer orden, o siendo cantaora de guitarristas de primerísima línea, como Paco de Lucía.
Eso ha diluido, en parte, todas las expectativas que se habían puesto en ella desde su primer trabajo en solitario, aunque también es cierto que su nombre sigue siendo un atractivo reclamo para los aficionados al género.
Lo que sí esperamos es que en un futuro la artista se avenga a pisar el escenario desde el primer minuto, o al menos desde el principio, para poder disfrutar de su arte en plenitud, durante un tiempo largo, y así darnos la oportunidad de sucumbir a su duende, sin que nos sepa a poco.
Ficha técnica
Montse Cortés (cante ), Manuel Parrilla (guitarra), Pepe Fernández (guitarra), Paco de Mode (percusión), Ezequiel (palmas) y Jose de Mode (palmas). Sábado, 7 de mayo. Nova Jazz Cava.