Tras varios días de agitación en la ciudad, los trabajadores y trabajadoras de la Terrassa modernista han dicho basta. Por eso, han salido este mediodía a la calle con el objetivo de reivindicar sus derechos laborales.
A las 11.45 horas un centenar de obreros; entre ellos, muchas mujeres; se han concentrado en el patio del Vapor Aymerich, Amat i Jover para ultimar los últimos detalles de la manifestación obrera y feminista, que a partir de las doce ha recorrido la Rambla, la calle del Peix y el Raval de Montserrat, hasta llegar a las puertas del Ayuntamiento. En el patio de la antigua fábrica, un trabajador del Vapor Ros ha animado a sus compañeros a luchar por sus derechos. “Nos necesitan para mantener sus fábricas en funcionamiento y tarde o temprano tendrán que escucharnos”, ha afirmado el obrero. Otra trabajadora, por su parte, ha lamentado que las mujeres tengan que cuidar de la casa y de los niños tras once horas en la fábrica y ha incitado a las otras obreras a asociarse. Después de estos parlamentos iniciales, los trabajadores han iniciado su marcha cantando el himno de La Internacional. A lo largo del camino han pronunciado varias consignas a favor de un trabajo digno, una jornada laboral de ocho horas, la asociación de las mujeres trabajadoras, la igualdad entre hombres y mujeres, los salarios dignos, la abolición del trabajo infantil y el derecho a voto de las mujeres. Estos mismos deseos se han podido ver plasmados en los carteles y pancartas que llevaban.
Los enfrentamientos entre los manifestantes y varios grupos de la burguesía se han sucedido a lo largo del camino, con gritos y abucheos de los unos hacia los otros. Al llegar al Consistorio, los trabajadores han manifestado su disgusto con los concejales, que son los mismos amos de las fábricas. Finalmente, han vuelto a cantar el himno de La Internacional. La manifestación ha terminado con aplausos y gritos a favor de la lucha obrera, que los trabajadores han asegurado que mantendrán hasta que logren respuestas favorables.