Terrassa está viviendo, con el mismo apego de cada año, la Fira Modernista. La lluvia ha ensombrecido un tanto la mañana de la primera jornada, pero también ha servido para evidenciar las ganas de terrassenses (y foráneos) de vivir este regreso al pasado. Sin que les importara hacerlo bajo el paraguas, han sido numerosos los visitantes que han recorrido los diversos espacios, que contaban prácticamente con todos los paradistas. También eran abundantes y visibles, pese a la metereología, las personas disfrazadas de época; algunas prescindiendo de paraguas, como el historiador Joaquim Verdaguer, que un año más ha bajado de su Sant Pere para ejercer de fotógrafo en Terrassa (y a quién no parecía importarle que se le mojara una cámara que pudo inmortalizar a nuestros bisabuelos). Los actos anulados por la lluvia han sido pocos (la cercavila del Circ Raluy, la recreación de un aula y un patio de la época en la Escola Vedruna, la carpa “steampunk” de la librería Landròmina en la plaza del Vapor Ventalló). Otros han sido trasladados: la “ballada” de piezas tradicionales de pequeño formato del Esbart Egarenc de la Plaça Vella a la del Vapor Ventalló, “Tens un talent especial per la música?” del patio de la Casa Alegre al CEM.
Ha dejado de llover hacia el mediodía, y el cielo ha ido esclareciéndose a medida que avanzaba la tarde. De modo que todas las actividades se han ido desarrollándose con normalidad y mucha gente (y bastantes indumentarias modernistas) en las calles. Mucho ambiente ha habido, en la Plaça Vella, con las actuaciones a media tarde de la Banda de Terrassa, y la conjunta de Bastoners y los Gegantons Modernistes. Y era impresionante el flujo de personas que entraba y salía de la casas Alegre y Baltasar Gorina, convertida ésta en un pequeño museo de la medicina de cien años atrás. El único espacio poco concurrido era el Passeig Comte d´Ègara. “La gente no pasa del final de la calle de la Font Vella. Quizá porque al encontrarse con la calzada con coches, cree que el espacio de la Fira Modernista ya se ha acabado, o porque ve atracciones más grandes”, comentaba Josep Sellarés, cap de colla dels Federins, que habia instalado un campamento en el lugar. Una lástima, porque en el Passeig pueden encontrarse atracciones tan auténticamente modernistas como el tiovivo musical de tracción humana, el pequeño museo “La Llanterna Màgica” (con funciones de quince minutos al precio de 1 euro) o el cuentacuentos “El venedor d´històries”.
En el Raval de Montserrat, Minyons han descargado el cinc de vuit, el dos de vuit amb folre i el set de vuit. Y en la plaza del Progrés, Castellers de Terrassa han desarrollado una actuación castellera “a la antigua”, recreando la primera documentada en Terrassa, realizada por la colla Vella de Xiquets de Valls en la Festa Major de1899. Vestidos de época, esta vez sin sus camisas blauturquesa, Castellers han descargado el dos de sis figureta, el cinc de sis net, el tres de sis amb pilar per sota, el tres de set, el pilar de quatre veracreu y dos pilars de quatre, y han explicado cómo eran los castells hace más de cien años.