Lady, una perra de 4 años, se perdió el domingo en Can Parellada. Dos personas de ARIA, una asociación protectora especializada en rescate de animales, prepararon dispositivos para atrapar a la perra. Unos agentes de la Policía Municipal, avisados por un vecino, llegaron el martes por la noche a la zona, decomisaron un lazo metálico, identificaron a un voluntario de la protectora por presunta caza ilegal y lo citaron para una declaración que prestó ayer en la Jefatura. El expediente no ha concluido.
"Sufrimos un disgusto tremendo", dice Melania Escribano, tesorera de la asociación y pareja del joven denunciado, con quien estaba cuando la actuación policial. La historia empezó el domingo con la desaparición de Lady, una podenca blanca. La tenía en acogida Carme Navarro, vecina de Can Parellada que buscó ayuda entre sus contactos de entidades protectoras para que la auxiliasen en el empeño de encontrar al animal. Lady, trémula, deambulaba por el barrio. Pegaron carteles y varias personas informaron de que habían visto el can aquí o allá. El lunes la buscaron hasta las cuatro de la madrugada. Lady no se dejaba coger.
El lunes por la noche ARIA se puso manos a la obra para atrapar a la podenca. Había que obrar con celeridad, la autopista estaba cerca. Melania y su pareja colocaron una jaula, pero esa opción resultó infructuosa, por lo que decidieron hacer uso de un lazo metálico especial como el que habían usado en otros sitios. Dejaron un reguero de embutidos como señuelo.
Se marcharon, mas regresaron el martes por la noche; sólo en horario nocturno se dejaba ver Lady. "Pusimos el lazo a un metro de la acera, con nosotros a poca distancia", señala la joven. Aguardaban cuando apareció un jabalí, que huyó despavorido, y arribaron dos dotaciones policiales. Alguien llamó a la Policía Municipal para comunicar que un individuo había instalado trampas para jabalíes.
Expediente por decidir
"Informamos a los agentes de que habíamos puesto un lazo para coger una perra perdida y les mostramos los carteles de busca. Los policías creyeron que éramos cazadores ilegales y pidieron el DNI a mi pareja, que es sólo voluntario. Nos hicieron abrir el maletero del coche y nos dijeron que lo que hacíamos es ilegal", subraya Melania. "El lazo no es peligroso para las personas, pues no se engancha al pisar. Es necesario que el animal coma para que se cierre", añade.
Los agentes confiscaron la trampa metálica y elaboraron un acta para la división de medio ambiente. El joven identificado declaró ayer en la Jefatura. Lo acompañaron miembros de la entidad. La policía sigue con las gestiones para determinar si se dio o no una infracción y si procede la denuncia.