Los segundos previos a la lectura del veredicto fueron muy emocionantes. Éramos siete finalistas y sólo podíamos quedar dos para un primer y segundo premio. Cuándo desvelaron los nombres del primer premio teníamos los nervios a flor de piel". Son las sensaciones que vivió anteayer, el lunes por la tarde- noche, la directora del Centre d’Educació Especial Crespinell, Mariona Torredemer, junto con sus homólogos de la Escola Lanaspa, Núria Altet, y del Institut Montserrat Roig, George Grayling, en la entrega del Premi Ensenyament de la Fundació Cercle d’ Economia y la Obra Social "la Caixa, que se celebró en CaixaFòrum de Barcelona.
No fue para menos. Su proyecto inclusivo, que atesora más de veinticinco años de experiencia contrastada, partía como favorito a la cabecera de este galardón dotado con 15 mil euros. Los directores se mostraron horas después satisfechos. "Es un reconocimiento a una labor de mucho tiempo -coincidieron en señalar- y nos gustaría que fuera un incentivo para que otros centros se animaran".
Elogios
La directora de Crespinell elogió a "los profesionales que, desde el inicio, se han implicado con mucho entusiasmo, aportando cada curso nuevos elementos para la docencia, planificación, curriculum, tutoría… Este proyecto -añadió- va más allá de compartir actividades lúdicas. Hay un trasvase de conocimiento entre educadores y una interacción en todo el alumnado, el que tiene disfunción y el que no". Los centros públicos que participan en el proyecto están de acuerdo. Mónica Solà, jefe de estudios de la Escola Lanaspa (centro con el que empezó la inclusión), subrayó que "hemos aprendido como docentes en muchos aspectos, especialmente en recursos, en estrategias para enseñar lo mismo de modo distinto y llegar a todo el alumnado". Y también destacó el beneficio para todos los niños. "Los estudiantes de nuestro centro tienen la oportunidad de conocer de cerca estudiantes que son diferentes y ser conscientes de que cada uno aporta en función de sus capacidades. Es un trabajo en valores basado en la aceptación del otro, en la integración".
El director del Institut Montserrat Roig, George Grayling, también incidió en este aprendizaje social. "Este proyecto nos enseña a superar dificultades, a crecer juntos, porque cada alumnado en su entorno está protegido pero cuándo sale de él es cuando debe adaptarse. Aquí, en el instituto, los alumnos de Crespinell son uno más. La sabiduría de este centro de educación especial, además, nos permite tener más herramientas para con los alumnos que integramos con discapacidad".
El proyecto, a estudio
Los tres centros han confirmado que el importe del premio, los quince mil euros, se destinará a encargar un estudio a una universidad para que pueda evaluar el proyecto de inclusión. "Estamos seguros que vamos por buen camino -manifestó Torredemer- pero queremos contrastarlo con ítems y saber también en qué podemos mejorar". El Premi Ensenyament recibido el lunes no es el único. El proyecto de inclusión de estos centros (entonces estaba Lanaspa) fueron galardonados con el Premi Nacional d’Educació de la Generalitat en 2003, justo cuando Crespinell cumplía 25 años como escuela.