El Casal Cívic de Ca n’Aurell fue el marco en el que se dio a conocer públicamente el denominado Consell d’Entitats d’Acció Ciutadana de Terrassa, una plataforma que nació en noviembre con el objetivo de hacer posible un proceso de empoderamiento ciudadano que facilite que el conjunto de entidades sociales y la ciudadanía de Terrassa pueda actuar coordinadamente como sujeto político en los procesos de deliberación y toma de decisiones de la ciudad.
Desde el consejo creen en la necesidad de emprender el camino hacia la regeneración democrática a través de dos aspectos: trabajando desde las instituciones para la gente y con la gente, con eficacia, transparencia y honestidad , y empoderando a las personas ya que “no puede haber regeneración democrática sin una ciudadanía activa, informada y comprometida”. Además, opinan que “la política desde la ciudadanía tiene que ser algo más que votar cada cuatro años”. Así pues, fruto de esta reflexión sobre la situación social y política de Terrassa, el pasado mes de noviembre surgió la propuesta de iniciar un trabajo conjunto por parte de las entidades, plataformas y grupos sociales de la ciudad que permita lograr un proyecto que pueda ir más allá de la formación de una coordinadora de entidades, y que apueste por la creación de un espacio abierto donde poder llevar a la práctica un modelo de participación ciudadana basado en “la acción independiente, colaborativa e inteligente”.
Priorizar el bien común
Esta plataforma quiere disponer de instrumentos propios que favorezcan la información, la deliberación y la construcción de acuerdos en espacios ciudadanos, del mismo modo que aspira a poder interactuar con los grupos políticos, el pleno municipal y el gobierno de la ciudad, aunque siendo independiente de éstos.
Las veinticuatro entidades adheridas al consejo -también pueden formar parte de la plataforma personas a título individual-, entre las que se encuentran diversas asociaciones vecinales, entidades culturales y de defensa de los derechos humanos y sociales y la comunidad educativa de Terrassa, dicen compartir la voluntad de priorizar el bien común y el interés general, defendiendo los valores de sostenibilidad, dignidad y derechos humanos, justicia social, solidaridad y democracia, incluyendo la perspectiva de género en todos sus ámbitos de incidencia.
Las funciones que se marca la plataforma son las de facilitar la coordinación entre las entidades para emprender acciones y campañas conjuntas en temas considerados transversales o prioritarios, gestionar una agenda conjunta de las actividades y acciones de las entidades y del propio consejo, e impulsar la creación de herramientas destinadas a la intercomunicación y al trabajo colaborativo y la difusión de información. También fomentarán la comunicación permanente con todas las entidades de la ciudad, “facilitando el conocimiento y la difusión de quién hace qué”, así como la creación de instrumentos de participación ciudadana como un parlamento ciudadano, “qué aún tenemos que ver cómo será”, referéndums y consultas. Además, intentarán que el trabajo y las opiniones de las entidades tengan más presencia en los medios de comunicación, lleguen al pleno del Ayuntamiento, a los grupos políticos y al gobierno municipal, y se tomen más en cuenta en los procesos de toma de decisiones.
La plataforma afirma que actuará defendiendo la Carta de salvaguarda de los derechos humanos en la ciudad, luchando por unos servicios públicos de calidad, exigiendo transparencia en la gestión pública y promoviendo el avance hacia una ciudad sostenible.
Ámbitos de actuación
Los ámbitos de actuación del consejo vienen definidos por las decisiones conjuntas de las entidades adheridas, definiendo las proridades en relación a situaciones conjunturales o estratégicas a medio y largo plazo. Son ámbitos de trabajo del consejo todos aquellos que forman parte de la actividad de las entidades que lo integran.
En este momento, gran parte de su trabajo conjunto se concentra en la gestión del servicio del agua, apostando por una propuesta de municipalización, la auditoria ciudadana, como “instrumento básico de control ciudadano”, y el seguimiento de los procesos de participación en la ciudad y el desarrollo de los instrumentos necesarios. El primer tema se está trabajando conjuntamente con la Taula de l’Aigua y el segundo, con el Observatori Ciutadà Municipal.
Para el consejo, también son aspectos de interés prioritario “los relacionados con la privatización de la educación y la sanidad pública, la transparencia y la calidad de los servicios públicos” y los relacionados con la defensa de los derechos humanos y sociales en la ciudad, los relativos a la libre circulación de las personas, y en particular todos aquellos derechos que guardan relación con los refugiados.
Los integrantes de la plataforma son conscientes de que será un proceso largo, que acaba de empezar. Creen que no se trata de correr, ni de construir castillos en el aire, sino que se debe fundamentar cada paso “sin crear más expectativas que aquellas a las que podamos dar respuesta”. Consideran que les hará falta confianza mutua, tejer complicidades, herramientas e instrumentos, pero que “lo más importante es nuestra capacidad para ilusionarnos”.