A Abelardo aquella subida de tensión eléctrica le hizo un roto en casa. Dos neveras, la caldera, la tele, la vitrocerámica. Y Eladio Luis se quedó sin microondas ni caldera ni televisor. Y otros muchos, pues fueron no menos de 147 los abonados de Les Arenes cuyo suministro dependía del centro transformador en el que se generó aquel desaguisado, el pasado 7 de abril. Parece que hubo un error durante unos trabajos de mantenimiento, y la tensión eléctrica subió de golpe.
El rosario de anomalías, el subidón por cable que reventó aparatos, afectó a cientos de vecinos de las calles del Farell, de Olot y del Vendrell, y del pasaje de Rocafort. “Mi hijo oyó un petardazo, y saltó el diferencial de casa. El corte de suministro que habían anunciado para las tareas de mantenimiento duraba demasiado”, recuerda Carlos Verdaguer, un afectado. Duró más de lo previsto porque la interrupción programada se tornó interrupción forzosa, de estallido. A una vecina del pasaje se la averió la cafetera, y la caldera. El motor de una puerta de garaje quedó maltrecho y no iban los televisores.
La incidencia acaeció a la 1.45 de la tarde. “Oí como una explosión y todo se apagó”, cuenta Candelaria. No iba el televisor, ni iban los teléfonos. A Candelaria le sobrevino una súbita ansiedad. Su familia ha pagado de su bolsillo reparaciones y reposiciones de aparatos, como el amplificador de antena, lo que le supuso, al menos en la primera semana tras la incidencia, un desembolso de unos quinientos euros a la espera de recibir la compensación del seguro correspondiente. Casi 330 euros fueron a parar a una pieza de la caldera.
Operarios sanos y salvos
Eladio Luis Fernández oyó un reventón que venía del edificio del transformador ubicado detrás de su bar. La tele del local se paró. Muchos vecinos corrieron hacia el centro, como él. Los operarios que trabajaban allí estaban nerviosos, pero sanos y salvos. Eladio acabó arrojando a la basura la comida que guardaba en una de las dos neveras que le quedó inutilizada. Adiós a una TV, y al microondas. Vecino de la zona, Eladio tuvo que asearse en casa de familiares.
A Miguel Ángel y Mari se les escacharró la nevera; también un microondas, la tele y un ordenador. Cuando oyeron la explosión, a renglón seguido escucharon a un vecino gritar que le ardía la tele. Suerte, dicen, que se encontraba en casa, “pues si llega estar fuera, le arde la vivienda”. La luz de la comunidad se apagó, luego de un inquietante chisporroteo. Llegó una dotación de la Policía Municipal. Horas después, Miguel Ángel cursó la reclamación de indemnización a la compañía eléctrica. Endesa ha asegurado que se ha puesto en contacto con el Ayuntamiento para que le transfiera los datos recabados por la policía y afirma que su compañía de seguros se hará cargo de las indemnizaciones si se confirma la responsabilidad de la empresa. Algunos perjudicados han recibido el dinero de sus seguros de hogar. Otros permanecen a la espera.