El Ayuntamiento de Terrassa se suma a la iniciativa de municipios como Barcelona o Sant Cugat y aplicará una moratoria de un año en la concesión de licencias a clubs o asociaciones cannábicas. Durante los próximos 12 meses, la administración municipal no concederá nuevas licencias a entidades cannábicas en la ciudad, paralizando así la implantación de nuevos centros de cannabis en trama urbana.
La administración hace frente así al vacío legal existente en Catalunya respecto a esta actividad y pone freno a la llegada de nuevos clubs y asociaciones con intención de implantarse en Terrassa. El fenómeno se ha acentuado en los los últimos meses como consecuencia de la aplicación de moratorias en ciudades vecinas. La paralización de las licencias en Barcelona y Sant Cugat ha provocado un efecto centrífuga, disparando las peticiones en la ciudad.
25 activas
La Junta de Gobierno Local, reunida ayer por la mañana, aprobó la moratoria que permitirá a la administración revisar las condiciones administrativas relacionadas con el desarrollo de la actividad cannábica. Hoy funcionan unos 25 clubs en la ciudad.
El Consistorio repasará el Plan Urbanístico de Ordenación Municipal (POUM) y la ordenanza municipal de usos y actividades. Además, valorará la oportunidad de introducir cambios y si procede crear una ordenanza específica.
El objetivo es dotarse de un marco normativo que regule aspectos como la ubicación de los clubs cannábicos -la distancia entre ellos y respecto a determinados equipamientos infantiles y juveniles-, las características de los locales, el aforo permitido, las condiciones de admisión, los horarios y la responsabilidad civil.
La moratoria afecta a las licencias de edificación, reforma, rehabilitación de construcciones, de instalaciones y también a las ampliaciones de actividades y a otras autorizaciones municipales relacionadas. Se aplicará a las nuevas solicitudes, no a las ya recibidas.
Está por ver cual será la reacción del sector a la moratoria egarense, una iniciativa que ha sido acogida con recelo en otras ciudades. En Barcelona, por ejemplo, la decisión municipal de suspender la emisión de licencias provocó el año pasado una burbuja especulativa que disparó los trapasos de locales y licencias cannábicas. Clubs que habían invertido 100 mil euros en equiparlos se traspasaron en 2015 por entre 200 y 500 mil euros.
En Barcelona, la moratoria fue aparejada de la Operación Sativa, que supuso el cese de la actividad de 49 locales. En Terrassa, la administración local también está cerrando los locales en situación irregular.
En breve Catalunya regulará los clubes de cannabis, después de que el Parlament haya aceptado las más de 50 mil firmas necesarias para tramitar la ILP que impulsan las entidades cannábicas. La propuesta incluye la edad minima de 18 años para acceder a un club, la prohibición de la venta, un máximo de 8 horas de apertura y el cierre a las 22 h entre semana y a las 24 h viernes y sábados.