La adquisición de cuatro autobuses de segunda mano para aumentar la flota de reserva de cara a la temporada de verano se verá en el pleno de abril. El dictamen superó el lunes el trámite en comisión informativa, donde todos los grupos de la oposición optaron por abstenerse. Así las cosas, el gobierno (PSC-CiU) deberá emplearse a fondo los próximos días para asegurarse la compra, que en este momento no cuenta con mayoría asegurada en el pleno.
La llegada de los nuevos vehículos tiene como objetivo reforzar la flota de Tmesa, que arrastra una media de edad de 11 años de servicio, una larga lista de incidencias -tres vehículos quemados, dos de ellos totalmente- y afronta serios problemas de reserva. El gerente de Tmesa, Guillermo Rios, explicó en comisión que la compañía tiene operativos en este momento 61 de los 65 vehículos de la flota, lo que obliga a trabajar a todos los buses de forma intensiva, impidiendo las tareas de mantenimiento. “No sabemos si las temperaturas volverán a ser este verano tan altas como en 2015 -comentó Rios-, pero el nivel de riesgo será mayor porque la flota está más envejecida”.
La compra de los 4 vehículos de segunda mano persigue apuntalar la flota durante los meses de calor, a la espera de la llegada de 15 vehículos nuevos a final de año y principios de 2017. En comisión informativa quedó claro que la propuesta parte de Tmesa, a la que el Ayuntamiento pidió el pasado diciembre un plan de choque “para prevenir potenciales accidentes”.
La propuesta consiste en la compra de 4 vehículos se segunda mano a la empresa TUSGSA, que el año pasado perdió la concesión del NitBus en Badalona, donde prestaba el servicio desde 1991, por no acreditar la posesión de terrenos donde ubicar las cocheras. La empresa compró los vehículos en Madrid, donde funcionaron hasta el pasado año, y los comercializa por carecer de una concesión en la que “colocarlos”. Se trata de autobuses con 14 años de edad y 600 mil kilómetros recorridos, “dotados de equipo antiincendios, adaptados para entrar en servicio en cuanto lleguen, pendientes de sólo de las tareas de pintura”, comentó Rios.
El equipo de gobierno y Tmesa defendieron en comisión la bondad de la operación, que tendrá un oste global de 20 mil euros (5 mil por vehículo) y se amortizará en dos años. Reparar los vehículos averiados costaría más que comprar los buses de segunda mano, afirman. La oposición, sin embargo, no acaba de verlo claro.
ERC se abstuvo “de momento” y mostró reticencias sobre el estado de los nuevos autobuses. “No entiendo que vendan duros a 4 pesetas”, comentó el concejal republicano Carles Caballero. También Xavi Matilla, de TeC, pidió mayores garantías de la fiabilidad de los buses de segunda mano. “Se han probado y la sensación es correcta – respondió Rios-. Si pensáramos que nos van a dar más problemas que soluciones no los compraríamos”. El gerente admitió que la compra de los vehículos no lleva aparejada garantía alguna.