Terrassa

“Muchos recién nacidos tienen niveles de mercurio inaceptables”

No calentar la comida en el microondas con recipientes de plástico. Optar por comer frutas y verduras que procedan de la agricultura ecológica. Utilizar productos cosméticos sin parabenos y geles de baño libres de naftalenos (dos compuestos químicos). Y tener precaución con el consumo de las especies de pescado más grandes durante el embarazo porque son las que contienen una mayor cantidad de mercurio. Son algunos de los consejos prácticos que dio el doctor en medicina y catedrático de salud pública de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), Miquel Porta, el jueves pasado en el Centre Cívic Maria Aurèlia Capmany.

Este científico, que además trabaja en el Parque de Investigación Biomédica de Barcelona, pasó por Terrassa para dar la conferencia “La contaminación por tóxicos en alimentos y los efectos en la salud. El verde y negro futuro del campo”. La red de productores y consumidores ecológicos Pic Vallès organizó la cita como acto previo a la tercera Fira Agroecològica, que tendrá lugar mañana en la Plaça Vella.

“El plomo ha desaparecido del líquido amniótico de las mujeres embarazadas en España puesto que este elemento tampoco está ya en la población en general. En cambio muchos bebés, hasta seis de cada diez, nacen con unos niveles de mercurio inaceptables. En buena medida, debido a determinados hábitos alimenticios de sus progenitores”, indicó el experto. “En este sentido, durante el embarazo, hay que tener cuidado con el consumo de atún, por ejemplo, como pez grande que es”, añadió.

Salud pública
Durante la conferencia, Porta indicó que los seres humanos están expuestos a un gran número de sustancias tóxicas procedentes, tanto de los alimentos, como de objetos y del propio entorno ambiental. “Igual que existe una contaminación externa, los hombres tenemos una contaminación interna, ya que acumulamos mezclas complejas de tóxicos durante toda la vida que pueden acabar promoviendo ciertas enfermedades”, aseguró.

El catedrático considera que las políticas de salud pública que desarrollan los ayuntamientos y las administraciones en general “se preocupan mucho por los microbios que hay en los mataderos, pero no por hacer más analíticas sobre la contaminación química de los alimentos y del cuerpo de las personas”. Porta agregó que “esta clase de estudios sí que los desarrollan los gobiernos de países como Dinamarca, Alemania o Estados Unidos”. El experto animó a los asistentes a reflexionar, sin caer en los miedos, sobre su discurso.

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