Doce kilos de sustancias estupefacientes, sobre todo marihuana, y nueve detenidos, todos ellos ya en libertad. Los Mossos d’Esquadra y la Policía Municipal difundieron ayer el balance de las dos actuaciones conjuntas que ambos cuerpos han llevado a cabo contra dos asociaciones cannábicas de Terrassa; las dos redadas fueron ejecutadas en veinte días de intervalo.
Terrassa ha experimentado una floración de entidades cannábicas, con sus respectivos locales, en los últimos años. La actividad en algunos clubes de consumidores de cáñamo ha levantado quejas vecinales y no pocos locales han sido objeto de indagaciones policiales coronadas por redadas, inspecciones y procedimientos penales. Una en Ca n’Aurell, otra en el polígono Nord, una tercera en sant Pere.
La policía tenía controladas desde principios de año a dos asociaciones, sobre todo: una ubicada en la calle de Marinel·lo Bosch, en Cementiri Vell, y otra radicada en la calle de Les Borges Blanques, en Les Arenes-La Grípia-Can Montllor. En ambos casos proliferaban las quejas de vecinos, las suspicacias, las sospechas sobre lo que acontecía en el interior de clubes constituidos, en principio, para que sus socios consumiesen cannabis en su interior. Pero la policía barruntaba que había algo más, que sus responsables presuntamente se lucraban con la venta de la marihuana. A esa conclusión llegaron los agentes de los Mossos d’Esquadra y la Policía Municipal que establecieron dispositivos de vigilancia en Marinel·lo Bosch, primero, y en Les Borges Blanques, después.
En el local de Cementiri Vell se llevó a cabo la primera intervención, el 18 de marzo, con un registro que terminó con la aprehensión de 3.325,80 gramos de cogollos de marihuana, quince gramos de hachís, casi veinticuatro de resina de hachís, cuatro básculas de precisión y 4.231,62 euros. Las sustancias confiscadas tenían un valor de 3.950 euros en el mercado negro, según la policía. La operación se saldó con la detención de cinco personas vinculadas a la asociación, que fue precintada.
Control
Veinte días después, el 7 de abril, jueves, le tocó el turno a la sede de una entidad radicada en la calle de Les Borges Blanques. La policía la controlaba desde hacía años, y en los últimos meses las quejas se habían intensificado. Empleados de una empresa colindante sufrían mareos al respirar el aroma a maría del local de al lado.
Esa redada se cerró con cuatro detenidos y el decomiso de 8.310 gramos de marihuana, 441 de hachís, tres básculas de precisión y 1.017 euros. La sustancia requisada valía 11.430 euros.
