Terrassa correrá contra esta enfermedad neurodegenerativa, crónica y progresiva el próximo domingo 17 gracias al empeño de una egarense afectada. Este lunes se celebra el día mundial de la dolencia .
Leonor González tiene 67 años, vive en el barrio del Poble Nou-Zona Esportiva con Pepe. Con “su Pepe”, como ella dice, porque su marido se ha convertido, desde que a Leonor le detectaron la enfermedad del párkinson en 2008, en una suerte de ángel de la guarda terrenal, de los que tienen los pies en el suelo y saben que ser el cuidador de una persona con un problema grave de salud resulta una experiencia vital dura.
Pepe, es decir, José Pérez, que como Leonor tiene 67 años, adelantó su edad de jubilación para dedicarse a su mujer cuando los primeros síntomas de la enfermedad empezaban a acechar. Leonor, una mujer de aspecto fuerte y unos ojos sufridos que aún hoy se humedecen con demasiada frecuencia al recordar sus circunstancias, dice que percibió los primeros síntomas del mal del párkinson cuando iba a la compra. “Yo notaba que al intentar aguantar las bolsas con la mano izquierda, ésta no me respondía bien. Hasta que un día me caí en la calle porque mi pie izquierdo no lograba avanzar”, cuenta. “Vi que algo pasaba –añade– y enseguida llegó el diagnóstico”.
Leonor es una de las caras del párkinson, la segunda enfermedad neurodegenerativa con más casos detectados en España después del Alzheimer. Unas 18 mil personas sufren esta afección en Catalunya, según la Asociación catalana para el párkinson. “Pero yo me resisto a que seamos un simple número, una mera cifra, solo una estadística”, comenta Leonor. Y esa necesidad que siente esta terrassense, no solo de hacer visible su problema, sino el de todas las personas con la enfermedad, la ha llevado a tener una idea que el próximo domingo 17 se acabará por materializar.
Preparación
“Aprovechando que el 11 de abril es el Día Mundial del Párkinson, ¿por qué no organizamos una carrera solidaria para que los terrassenses conozcan más este problema?”, le dijo Leonor a su psicóloga de Avan (la Associació Amics Vallès de la Neurologia, que vela por mejorar la calidad de vida de las personas con Alzheimer y párkinson).
Aunque con algunas reticencias iniciales, en Avan se dejaron llevar por la ilusión de Leonor. Además, en la asociación sabían que podrían contar con Pepe, que lleva casi treinta años siendo corredor de fondo. “Nunca hay que tener miedo, Pepe”, le soltaba Leonor cada vez que a su marido le asaltaban las dudas sobre el proyecto de carrera solidaria. Pero hoy parece que las nieblas se han despejado y ya todo está a punto para que el día 17 Terrassa corra por primera vez contra el párkinson. Pepe explica que el jueves ya había 300 inscritos en la prueba deportiva.
“Molt més que córrer” es es lema de esta primera edición del evento, que Leonor ya tiene claro que no será la última. De hecho, los organizadores (Avan, con el apoyo del Ayuntamiento y de la asociación Mitja Marató Terrassa) han preparado una propuesta doble.
Como en la carrera tomarán parte muchas personas afectadas por párkinson, éstas pasearan dos veces por el circuito de mil metros trazado en el barrio del Poble Nou-Zona Esportiva. Y después están los inscritos que vayan a participar corriendo y que no darán dos, sino cuatro vueltas a la pista. La salida será a las diez de la mañana desde la plaza de la Cultura, y la llegada se ha fijado en el mismo punto. La inscripción, concebida a modo de donativo, vale tres euros. El dinero se destinará a Avan. Quien esté interesado en apuntarse puede pasar por la sedes de Avan Terrassa (en el Centre Cívic Avel·lí Estrenjer, situado en la plaza de la Cultura, número 5) y Avan Sabadell (calle de la estrella, 110). También habrá tiempo hasta las nueve de la mañana del mismo día de la carrera.
Sin mochilas
Sobrellevarlo. Ésta es la palabra que Leonor utiliza cuando habla del párkinson, el molesto compañero que la acompaña día y noche. “Nuestra mochila es nuestra enfermedad, y hay que cargar con ella”, dice. Leonor no sufre temblores, la imagen que la sociedad más vincula al párkinson. El suyo es un problema de rigidez muscular, de falta de fuerza para llevar a cabo muchas acciones cotidianas. “Estos enfermos tienen dificultades para realizar actos tan comunes como cortar la comida, vestirse o ducharse. Leonor es la misma que hace unos años, pero tiene limitaciones físicas”, describe Sílvia Ramos, neuropsicóloga de Avan.
La especialista detalla que como los músculos están más duros, a menudo los pacientes sufren dolor y entonces surgen lesiones. Aparte del temblor y la rigidez muscular, otro síntoma del párkinson es que daña el sistema nervioso central. Entonces la enfermedad incide en las estructuras del cerebro que se encargan de coordinar los movimientos, que se vuelven mucho más lentos. “También puede haber alteraciones del equilibrio, acompañadas de caídas”, dice Sílvia.
Pero una mujer echada adelante como Leonor sabe que el día 17 vencerá todas las barreras que se le presenten y tomará parte en la carrera solidaria que ella misma ha impulsado. “Una o dos vueltas al circuito haré”, afirma convencida. La previsión es que todos los corredores (estén, o no, afectados por párkinson) entren juntos, a un tiempo, a la meta. Será un símbolo de que la preocupación por esta enfermedad, se gane o se pierda ante ella, debe ser cosa de todos.