La compañía Endesa, en el marco de llevar a cabo una política sostenible a nivel medioambiental, retiró, trató y gestionó un total de 815.353 toneladas de residuos durante 2015 en las dos comarcas vallesanas. Son restos de todo tipo y que son el fruto de las obras de mantenimiento y mejora de la red eléctrica que Endesa ha llevado a cabo en la zona.
La mayor parte de los deshechos, más de 570 mil toneladas, corresponden a residuos no especiales, como elementos metálicos, de cobre, aluminio, aisladores, runas, contadores mecánicos o palos de hormigón.
Otras 244 mil toneladas pertenecen a residuos especiales, como aceite aislante, baterías, emulsiones de agua con aceite y transformadores. El tratamiento de buena parte de estas sustancias sobrantes se ha llevado a cabo en la subestación de Endesa de Can Jardí, situada en Rubí. En este espacio, la empresa energética dispone de unos contenedores específicos para cada uno de los residuos.
Estos materiales restantes se libran a los gestores que están especializados en reaprovecharlos. O, si no es posible hacerlo, los residuos acaban eliminados de una forma controlada. El objetivo es el cuidado ecológico.