La Federació d’Associacions de Veïns de Terrassa (FAVT) comenzó el miércoles pasado el proceso electoral que debe servir para renovar su junta directiva, y que ha de desembocar en la elección de un nuevo presidente, o bien en la continuidad en el cargo del actual máximo representante de la FAVT, Ramon Clariana. En declaraciones a este diario, Clariana se muestra dispuesto a seguir en el cargo si así se lo pide la junta que surja del proceso electoral. “Yo no tengo aspiraciones presidencialistas -afirma-, pero si los miembros de la nueva junta decidiesen que la mejor opción es que yo fuese el presidente, no renunciaría a ello”.
En todo caso, el procedimiento que ha de culminar con la elección del máximo cargo de la FAVT está en marcha desde esta misma semana, cuando la federación envió una nota a la veintena de asociaciones vecinales que la integran en la que se explicita que el proceso electoral durará hasta el próximo 19 de abril. Hasta entonces, cada asociación puede presentar a un candidato (y un suplente) a formar parte de la junta de la federación. El comité electoral de la FAVT deberá validar las candidaturas antes de la asamblea general convocada para el día 30 de abril en el Casal Cívic de Ca n’Aurell.
Será entonces cuando las distintas asociaciones de vecinos federadas tendrán que dar el visto bueno a los candidatos. Cada asociación tienen un voto en la asamblea, según fijan los estatutos de la FAVT. Los integrantes de la junta ocupan el cargo durante dos años, aunque después pueden ser reelegidos.
Será la junta ya constituida la que elegirá después al presidente, vicepresidente y al resto de cargos de la federación.
Antecedentes
Ramon Clariana ocupa el puesto más representativo de la FAVT desde febrero de 2015, cuando tomó el relevo como presidente del colectivo vecinal de manos de Emiliano Martínez, quien dejó la máxima responsabilidad de la entidad para dedicarse a la política local. Hoy, Martínez es concejal de Terrassa en Comú en el Consistorio.
La federación encara el proceso electoral habiéndose posicionado en los últimos meses sin ambages acerca de algunos de los grandes debates de ciudad. Así, en la reciente polémica sobre la compra de nuevos autobuses urbanos, la federación defendió adquirir el máximo número posible de vehículos híbridos, en la misma línea que pedían la oposición municipal de izquierdas (TEC, ERC y la CUP).
La federación también ha tomado postura ante el final de la concesión a Mina del servicio de agua en Terrassa, al decantarse por la municipalización ante otras opciones, como la gestión privada o mixta de dicho servicio. En esta línea, la FAVT suscribió, ya bajo la presidencia de Clariana, el Pacte Social per l’Aigua de Terrassa en el mes de mayo de 2015.