Los escaparates de muchas pastelerías y panaderías de Terrassa exponen desde hace jornadas las tradicionales monas. La costumbre catalana marca que los padrinos deben regalarlas a sus ahijados el lunes de Pascua. Y es precisamente ese hábito tan arraigado el que hace que la venta de las monas se mantenga muy estable con los años, según indican desde el Gremio de Pastelería de Barcelona y Provincia. El colectivo prevé vender cerca de 470 mil monas, una cifra que resulta similar a la de 2015.
“Es un producto que siempre se comercializa muy bien. Este año sobre todo han tenido éxito las figuras de Star Wars y los personajes de la Patrulla Canina”, explica Núria Novell, de la Pastisseria Forn del Progrés, ubicada precisamente en la plaza del Progrés. Como novedad, en el establecimiento han creado unas figuras basadas en los equipos de hockey hierba de España. Y, claro, también están los distintos clubs de Terrassa. Además de Star Wars y la Patrulla Canina, desde el gremio de pasteleros indican que Frozen, los Minions y el Barça son los motivos estrella de esta temporada. El azúcar, la mantequilla de cacao, la leche en polvo, los emulsionantes (es decir, las sustancias añadidas para mantener las mezclas homogéneas) y otros aditivos conforman los principales ingredientes que contiene la mona de pastelería. No pueden faltar los plumeros de colores, los pollitos y algún que otro huevo de Pascua decorando el pastel.
Tendencias
Aunque las ventas de las monas parecen aseguradas debido al protocolo festivo, en los últimos años la compra de este producto ha tenido ciertas variaciones. Según indica el gremio de pasteleros, cada vez más clientes (hasta tres de cada diez) solo adquieren la pieza de chocolate que el rito, cuando menos hasta ahora, mandaba colocar justo encima de un pastel.
“En todo caso, en cuanto a las bases para las monas, la que tiene más salida es la de fruta confitada, sin despreciar los pasteles de mantequilla o combinados”, afirma Juan Palacios, que es el responsable de La Pastisseria, situada en el Portal de Sant Roc.
Otra de las tendencias es el aumento de la competencia para las pastelerías de toda la vida, puesto que muchos consumidores optan por comprar este dulce en grandes superficies comerciales.
También el creciente interés por tener una alimentación tan sana como sea posible ha hecho que variara la composición de las monas de pastelería, que con frecuencia tienen un proporción cada vez menor de azúcar.