Los dueños de una vivienda entraron en la casa un día después de que su inquilino la desalojase, y descubrieron el cadáver putrefacto de un perro envuelto en plástico. La policía local hizo un informe.
Ocurrió el martes, a las dos de la tarde, en la calle de Carrasco i Formiguera, en Roc Blanc. El lunes, al parecer, el arrendatario de una vivienda había abandonado el domicilio con cierta premura. Los propietarios entraron al día siguiente.
Estaban en plena limpieza cuando se toparon con el hallazgo. En la vivienda había una caja de plástico, de las usadas para guardar enseres como ropa. La abrieron, y el olor nauseabundo acribilló sus narices. Dentro había un bulto envuelto en capas de film de plástico. Era el cadáver de un perro en avanzado estado de descomposición.
Telefonearon a la Policía Municipal, y unos agentes fotografiaron los restos y la caja, levantaron un acta e informaron al departamento de Medio Ambiente, que unas horas después comisionó a una empresa especializada para el transporte del cadáver a un centro y su posterior análisis. Según ha trascendido, entre las personas que limpiaban la casa había una voluntaria de una sociedad protectora de animales. No se descarta una denuncia. El animal tenía chip y los agentes intervinieron en la casa documentación del inquilino y de un can.
