Un piso de la calle de Provença, en el barrio de Sant Pere Nord, se convirtió en un campo de batalla el domingo. Al menos seis agentes de los Mossos d’Esquadra resultaron heridos al ser agredidos por un grupo de personas a las que intentaban identificar tras un altercado. Al final, hubo cuatro detenidos, dos hombres y dos mujeres de diversas nacionalidades.
Frisando la medianoche, la policía recibió llamadas acerca de unos incidentes en un bloque de viviendas de la calle de Provença, a unos pocos metros de la esquina con la de Manresa. Se sucedían los gritos, los signos de reyerta, los golpes.
Llegaron agentes de los Mossos d’Esquadra de la comisaría de Terrassa, pero la situación ambiental de exaltación no aminoró, sino todo lo contrario. Varios individuos, que parecían hallarse bajo los efectos del alcohol, empezaron a increpar a los agentes, según la información que ha trascendido. Los presentes querían echar a los policías, pero éstos no podían marcharse así como así, sin saber qué pasaba, sin conocer si había heridos en lo que semejaba una trifulca.
El riesgo de más violencia era elevado y los mossos que habían acudido al domicilio resolvieron pedir refuerzos. Los vecinos que presenciaron el operativo desde sus ventanas vieron llegar a más dotaciones, incluidos coches patrulla de la Policía Municipal. Los destellos de los vehículos de los cuerpos de seguridad se observaban desde la Rambla de Francesc Macià.
La tensión subía de tono. Y se desencadenó lo que los efectivos policiales temían, un acometimiento hacia los agentes, que se las vieron y se las desearon para controlar la situación. Se amontonaron los empellones, los golpes, las imprecaciones, los chillidos, los desafíos a viva voz.
Delitos de atentado
Seis mossos d’esquadra fueron atendidos tras la accidentada intervención. Sufrieron lesiones que, en principio, no parecían revestir gravedad, según confirmaron ayer fuentes policiales.
Tras muchos esfuerzos, la actuación de los agentes concluyó con cuatro detenidos, dos hombres y dos mujeres; dos individuos originarios de Ecuador, una joven española y otra boliviana. En las imputaciones figuran delitos de atentado a agente de la autoridad, lesiones y maltratos.