Terrassa

La mejor en los últimos años

Baja el telón una nueva edición del Festival de Jazz de Terrassa con un balance alentador. Pese a los recortes presupuestarios que han diezmado las arcas de este evento en los últimos años, la organización ha hecho un esfuerzo titánico para mantener un nivel de programación que preserve no tan sólo la calidad que se le presupone, sino unas señas de identidad que se han mantenido imperturbables con el paso del tiempo. El de Terrassa tiene una personalidad de la que otros carecen, y una Nova Jazz Cava que se convierte en un auténtico templo de adoración de músicos marcados por unas características comunes: alto nivel, gran creatividad y pasión por el jazz. Hablamos de una programación equilibrada entre los conciertos de pago y los gratuitos, entre los músicos locales, catalanes, españoles, europeos y estadounidenses, entre los estilos, entre los instrumentos, entre las generaciones… Han estado los que vivieron la época dorada del jazz -Kenny Barron, Gary Bartz, Dave Holland-, las nuevas promesas -Cécile McLorin Salvant-, los representantes de la fusión autóctona -Jorge Pardo, Carles Benavent-, los nuevos valores de las escenas locales -Lluc Casares, Fèlix Rossy, Marco Mezquida…. Hablamos de músicos muy creativos que no se han limitado a seguir las enseñanzas de sus ancestros, sino que aplican su talento en enriquecer la vitalidad de una música siempre cambiante, siempre viva, siempre emocionante. La edición de este año ha sido también especial porque todos han estado altura; nos han regalado lo que se esperaba de ellos e incluso más, alentados muchas veces por un público entusiasta, agradecido por la entrega y la proximidad. Pero escoger el mejor concierto es siempre algo muy personal. Algunos se decantarán por la belleza de Kenny Barron, otros por la visceralidad de Gary Bartz, mientras que unos cuantos se habrán rendido a los pies de Cécile McLorin Salvant. Sin embargo, en este caso, apostamos por Dave Holland, por haber conseguido llevarnos de la mano hacia un éxtasis muchas veces esquivo, por conmovernos y por conquistarnos sin remedio.

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