Gary Bartz es de Baltimore (Maryland), y así lo recordó en al menos dos ocasiones durante su concierto en la Nova Jazz Cava. Lo recordó defendiendo una forma de ser, un "tarannà" que pasea por el mundo este músico, uno de los pocos que aún tenemos el gusto de escuchar que vivió la época dorada del jazz y compartió siendo muy joven escenario con grandes como Miles Davis o McCoy Tyner, o que es capaz de emocionarse ante el retrato de Tete Montoliu.
Gary Bartz es de esos artistas que, de no haber existido, en Terrassa no habríamos tenido Festival de Jazz. Es el "jazzman" completo, que no le hace ascos a ninguna manifestación de la música afroamericana, ya sea swing, bebop, funk o hip-hop, que es capaz de expresarse con incontenible virtuosismo y que, para más inri, se lo pasa bien y hace disfrutar enormemente a su público. Gary Bartz no es "Jazzterrasman" porque había otros antes que él, pero es sin duda un claro candidato.
Protagonismo compartido
El viernes estuvo tan glorioso como era de esperar. Y generoso. Nos mostró a un batería, Francisco Mela (con el que ya habíamos podido disfrutar en 2007) en incomparable estado de forma. Le otorgó valiosos episodios potagonistas, le alentó en una suerte de dúo, y Mela dio todo de sí y más: preciso, imaginativo, grande…
Bartz cantó, sonrió con frecuencia y estuvo solícito, atento a lo que esperaba oír y vivir su público. Alternó la intensidad de las baladas, como con una preciosa alusión a Cole Porter; recordó a su amigo Jackie McLean; y también interpretó dos piezas de su pianista de cabecera en los últimos tiempos, Barney McAll.
Todo el entusiasmo del público allí congregado no fue más que gasolina para un cuarteto que trabajó con gran intensidad el éxtasis, ya fuera montado a lomos del swing o dejándose guiar por la partitura como si no hubiera más salida que reescribirla.
Gary Bartz sigue defendiendo la misma filosofía de siempre, batallador, abierto de miras, respetuoso con la tradición pero además sin prejuicios para reescribirla, amante de la música sin etiquetas y abierto a compartir conocimientos y experiencias con músicos de nuevas generaciones.
En septiembre cumplirá 76 años pero se maneja con el aplomo de los jóvenes, sin que ninguna carga pese demasiado como para restarle fortaleza a su soplo o energía. Es todo un grande al que el paso del tiempo apenas hace mella, al contrario; le enriquece.
El músico está preparando la segunda entrega de su homenaje a Coltrane y planea, si no entendimos mal, quedarse a vivir seis meses en Barcelona. Tenemos a Gary Bartz para rato; no podemos más que congratularnos.
FICHA TÉCNICA
Gary Bartz (saxo alto y soprano). Barney McAll (piano), James King(contrabajo) y Francisco Mela (batería.) Viernes, 18 de marzo. Nova Jazz Cava.