Terrassa se suma al club de las ciudades que impulsan fórmulas no mercantilistas de acceso a la vivienda alternativas a la compra y el alquiler, como la masoveria urbana, la cesión de uso, el derecho de superficie y la copropiedad. Así lo aprobó el pleno de febrero a propuesta de la CUP y de TeC, con el apoyo del equipo de gobierno.
En un plazo máximo de 9 meses, el Ayuntamiento de Terrassa creará un servicio que apoyará las iniciativas que, como respuesta a la especulación inmobiliaria y a la crisis económica, buscan una salida comunitaria al acceso al parque inmobiliario (edificios, terrenos, etc.). La clave está en fomentar un acuerdo que beneficie a todas las partes y que en la mayoría de los casos pasa por la cesión de una propiedad deteriorada a cambio de que el ocupante la rehabilite.
El equipo de gobierno se compromete a prestar asesoramiento tanto a los propietarios de los inmuebles cedidos como a los ciudadanos o colectivos que participen. Se les infomará sobre las formulas de acceso a la vivienda alternativas a la propiedad, de la gestión necesaria para llevarlas a cabo, se ofrecerá apoyo en la mediación entre las partes, así como en el proceso de rendición de cuentas ante los titulares de los inmuebles cedidos.
El ejecutivo municipal se ha comprometido a crear una bolsa de inmuebles privados y públicos susceptibles de acoger proyectos alternativos de acceso a la vivienda. También a elaborar un archivo que recoja todas las iniciativas formalizadas ante la administración local.
Si el inmueble es municipal, el Ayuntamiento realizará el estudio técnico del edificio y redactará las bases para sacar a concurso su uso, al que pueden optar las personas o colectivos que estén interesados.
Además, se ha comprometido a aplicar exenciones o bonificaciones fiscales a los propietarios que cedan sus inmuebles a proyectos de masoveria urbana, como moratorias en los impuestos municipales y bonificaciones en las tasas vinculadas a las licencias urbanísticas relacionadas con la ejecución del proyecto. El objetivo, vencer las reticencias y estimular a los propietarios de pisos, casas, masías o solares a ceder su propiedad temporalmente a cambio de una rehabilitación.
Las fórmulas alternativas siguen patrones distintos pero todas ellas suponen un cambio de paradigma frente al modelo imperante desde mediados del siglo XX, cuando el sector de la construcción se convirtió en motor económico impulsando la propiedad privada como modelo mayoritario. Estas son algunas de las fórmulas más comunes.
Masovería urbana. La iniciativa pasa por poner en contacto al propietario de una finca deshabitada que necesita reforma o se encuentra en mal estado, con una persona o un colectivo dispuesto a convertirse en inquilino a cambio de adecuarla. El modelo está reconocido en la ley 18/2007 y en la 4/2013 y reedita la antigua formula rural de la masovería.
Derecho de superficie. Es un derecho real que faculta a una persona a construir en suelo ajeno, previo acuerdo con el titular del terreno. El superficiario es propietario de lo edificado y suele abonar un canon al propietario, aunque el derecho de superficie puede constituirse a título gratuito. La duración del derecho de superficie la fija el título constitutivo, aunque el Reglamento Hipotecario establece una duración máxima de 75 años cuando el acuerdo es con una administración pública y de 99 años cuando el pacto es entre particulares. Superado ese periodo, el derecho de superficie queda extinguido y el edificio revierte al propietario del suelo.
Copropiedad (compartida o temporal). La legislación contempla este régimen de propiedad inmueble en el que coexisten bienes comunes y bienes de cada propietario.
Cesión de uso. La fórmula tiene larga tradición en otros países. Son viviendas o fincas cuyo propietario está dispuesto a ceder su uso a cambio de cánones anuales, mantenimiento e incluso reformas si fueran necesarias. La cesión puede ser de por vida y el derecho de uso puede ser heredable.