Al jazz le falta lo que el soul sí tiene, una cantante que sea capaz de conmover a las nuevas generaciones de oyentes, volviendo a despertar aquel interés por el género que encumbró a vocalistas como Ella Fitzgerald, Sarah Vaughan, Billie Holiday o Betty Carter. Esa cantante podría ser Cécile McLorin Salvant.
Hablamos no ya de una sustituta de las legendarias divas del jazz vocal, sino de una nueva forma, renovada, de componer e interpretar, respetando la tradición pero también adaptándose al “mainstream” actual.
Lo que nadie le puede negar a Cécile McLorin es su gran calidad. Estuvo a las puertas de ganar un Grammy con su segundo disco, “Woman Child” (2013), hito que ha conseguido con el tercero, “For One To Love” (2015.) Y sólo tiene 26 años…
Antes de llegar hasta aquí la vocalista – de padre haitiano y madre francesa- ha crecido en un ambiente marcado por la música.Comenzó a tocar el piano clásico a los 5 años, y cantó en la Miami Choral Society desde los 8. Fue vocalista clásica durante toda su formación, pero todo cambió en 2007.
“Viajé a Aix-en-Provence para pasar un verano, y ahí, no sé por qué, me planteé por vez primera si yo de verdad podría servir como cantante, y hasta dónde sería capaz de llegar€ Suerte que Jean-François Bonnel se cruzó en mi camino. Él fue mi primer profesor de improvisación, con él conocí el repertorio clásico de jazz y, sobre todo, me ayudó a creer en mí misma”, explicaba hace dos años en una entrevista tras haber debutado en el Festival de Jazz de Vitoria de 2014.
McLorin Salvant no ha renunciado a su gusto por el estilo clásico, pero desde entonces, dejó de lado sus antiguos deseos de convertirse en cantante de ópera y comenzó a explorar sus posibilidades como cantante de jazz. Todo ha ido muy rápido desde entonces.
Debut parisino
La artista debutó en 2010 con “Cécile”, presentándose como Cécile and the Jean-François Bonnel Paris Quintet. Tenía 21 años. El disco se grabó tras una serie de conciertos en París, y un año más tarde, logró el primer premio el Thelonious Monk International Jazz Competition en Washington DC, uno de los galardones más preciados del mundo del jazz. Este premio le reportó un contrato on el sello Mack Avenue Records, con el que ha grabado sus dos últimos trabajos.
Estos dos álbumes tienen en común la convivencia entre los temas originales y las adaptaciones, no siempre temas de jazz pero sí pasados por su cedazo; en “Woman Child”, se remontó al repertorio del siglo XIX, buscando temas conectados con el momento vital que estaba atravesando, mientras que en “For One To Love” ha puesto el foco en las grandes mujeres y en su independencia. Se habla de él como de un disco feminista.
Las críticas positivas no se han hecho esperar; medios franceses del prestigio del Jazz Hot o el France Musique la han piropeado elogiando un talento que emerge con “facilidad y aplomo”, su “perfección natural” o los numerosos referentes culturales que se intuyen por su forma de cantar. También se destaca una “técnica vocal deslumbrante que destruye cualquier sentido del esfuerzo” y su capacidad para expresarse con “ataques de precisión, exactitud, cambios de registro…”.
Desde que su carrera se inició su popularidad no ha hecho más que crecer, tanto en Europa como en Estados Unidos. Este periplo, que ha realizado por salas de espectáculos y clubs por todo el mundo, lo ha compartido con artistas como Aaron Diehl, Rodney Whitaker, Dan Nimmer, Jonathan Batiste, Jacky Terrasson o Archie Shepp… Asimismo, Wynton Marsalis y su Orchestra Jazz at Lincoln Center de Nueva York le ha invitado a cantar con ellos.
También ha sido invitada a los festivales de Viena, Ascona, Whitley Bay, Montauban, y el Symphony Center de Chicago. Como líder también se ha presentado en el Kennedy Center, el Festival de Jazz Spoleto USA, el Edinburgh Jazz and Blues, el Festival de Jazz de Detroit, el Ronnie Scott’s de Londres o el Newport Jazz Festival, entre muchos otros escenarios.
En sus conciertos, apuesta por la teatralidad de su puesta en escena, e intenta proponer guiños a sus audiencias interpretando piezas en la lengua del lugar. Así, por ejemplo, en Brasil ha incluido “Flor de Lis” y en sus conciertos en España ha sonado el hermoso clásico “Alfonsina y el mar.” Sus discos incluyen piezas en la que es su otra lengua natal, el francés, y en general, su propuesta integra el jazz, el blues, elementos del folk y del teatro musical. En sus entrevistas también ha manifestado la variedad de sus referentes; le puede atraer tanto la música de una obra como “La Cenicienta” o un vídeo de Lole y Manuel, que puede ver una y otra vez. Hoy descubriremos cómo le ha influido.
En sus discos publicados hasta la fecha alterna las composiciones originales con los estándares de jazz o de otros estilos