Terrassa

Cae una banda que asaltaba a traficantes para robarles hachís

Atracadores asaltando a narcotraficantes. Un terrassense figura entre los treinta miembros de una banda de delincuentes que ha sido desarticulada y se dedicaba a robar droga a camellos; y que llegaba a torturar a sus víctimas con descargas eléctricas en los genitales. De los treinta arrestados, quince han ingresado en prisión; entre ellos, el terrassense.

La investigación la llevaron a cabo los Mossos d’Esquadra y la Guardia Civil. La banda actuaba en diversas poblaciones españolas y se le atribuyen no menos de veinticinco asaltos en Terrassa, Sant Boi, Castelldefels, Montcada i Reixac, Vilaseca, Santa Maria de Palautordera, Vinaròs, Cádiz, Tarifa, Vejer de la Frontera, Pelayo, Ayamonte, Isla Cristina y Manilva. Los mossos iniciaron la investigación en el verano pasado, tras saber de dos atracos violentos cometidos en el Baix Llobregat. Uno en la calle. Otro, en un domicilio. Los asaltantes habían fingido ser policías. Usaron armas de fuego.

No eran atracadores de medio pelo. Esa fue una de las primeras certezas de los mossos, que formaron un equipo de investigación con la Guardia Civil al conocer que el instituto armado estaba realizando indagaciones por delitos similares perpetrados en Andalucía.

La banda sabía cuándo salía hacia España la droga que quería robar, y qué recorrido efectuaba. Tenía contactos al otro lado del Estrecho de Gibraltar y se las ingeniaba para colocar dispositivos GPS en los fardos de hachís. Seguía así el periplo del chocolate y esperaba el momento para dar el zarpazo.

Llegado el caso, el grupo criminalo actuaba con una violencia feroz para, entre otros objetivos, disuadir a sus víctimas de tomar represalias. Según los mossos, los atracadores disparaban con las armas de fuego, apuñalaban a sus víctimas, las golpeaban con defensas extensibles y les aplicaban descargas eléctricas en los genitales.

Veinticinco asaltos
La investigación duró ocho meses. Veinticinco asaltos detectaron los mossos y la Guardia Civil. El golpe a la banda se ejecutó en dos fases, una el 13 de enero y otra el 1 de marzo. La policía registró veintinueve viviendas en dieciocho localidades: Terrassa, l’Hospitalet de Llobregat, Badalona, Sant Adrià de Besòs, Sant Boi de Llobregat, Cornellà, Sant Vicenç dels Horts, Cervelló, Mollet del Vallès, Canovelles, Bigues i Riells, Lliçà d’Amunt, Santa Maria de Palautordera, Mataró, Cabrils, Sant Salvador de Guardiola, Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) y Manilva (Málaga).

Hubo treinta detenidos, marroquíes, españoles, senegaleses. Uno, en Terrassa. Es uno de los quince que ingresaron en prisión.

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