Poco volumen, pero crucial para el medio ambiente. Esa es la realidad del aceite de cocina, una de las asignaturas pendientes de la recogida selectiva. Siete años hace que arrancó la implantación de contenedores naranja en la comarca, donde por primera vez se ha superado la barrera de los 70 mil kilos de aceite recogido.
El Consorci de Residus del Vallès Occidental acaba de hacer balance del último ejercicio de recogida y un análisis de su evolución, que está directamente relacionada con el número de contenedores distribuidos por la geografía urbana vallesana. En este momento, 111 en un total de 17 municipios.
Exponencial
El año pasado los vallesanos depositaron 71 mil kilos de aceite usado en los contenedores naranja, un 10 por ciento más que el ejercicio anterior. La fracción ha registrado un crecimiento exponencial desde que se iniciara la recogida, en 2009. En esa fecha, el primer balance arrojó una incipiente cifra de 6 mil kilos de aceite sucio.
En el ranking vallesano, Terrassa es la ciudad que más aceite usado y de cocina recicla. El año pasado 20.302 kilos a través de los 25 puntos de recogida instalados en el municipio. Le siguen Sabadell, con 18 contenedores y 15.270 kilos, y Cerdanyola con 6 contenedores y 12.865 kilos. Este municipio destaca por ser el que registra una mayor ratio de aportación por contenedor.
Durante el año pasado se recogió una media de 750 kilos de aceite en cada uno de los depósitos distribuidos y el récord lo batió el situado en el Mercat de Serraperera de Cerdanyola. Su contenedor acumula 3.861 kilos de aceite usado por año.
Consciente de la trascendencia que tiene la implantación de contenedores, y de la necesidad de aproximarlos al máximo a la ciudadanía, el Consorci de Residus tiene previsto desplegar nuevas remesas en los próximos años. Los últimos en estrenar son los vecinos de Montcada, municipio que ha pasado de 5 a 9 contenedores recientemente.
En este momento la red de contenedores naranja da servicio a 649.432 habitantes en el Vallès Occidental, que aportan una aún tímida media de 0,20 kilos de aceite por persona. El Consorci se ha marcado como objetivo pasar en los próximos años de los 71 mil a los 100 mil kilos de aceite reciclado..
“Queremos ampliar el servicio con más contenedores en el Vallès, aún hay trabajo por hacer, pero la valoración es positiva -comenta Ricard Torralba, presidente del Consorci de Residus del Vallès Occidental-. Hay que llegar al ciudadano y poner los medios para conseguir la máxima participación en la recogida de aceite y del resto de fracciones”. .
Muy contaminante
El aceite usado es uno de los residuos más contaminantes. En este momento se consumen en toda España 1.100 millones de litros de aceite en los hogares que anualmente producen 350 litros de un bioresiduo que contamina radicalmente las aguas. Se calcula que un solo litro de aceite usado puede contaminar un millón de litros de agua, de ahí que sea considerado uno de los productos más nocivos para el medioambiente.
Además, el aceite usado daña las cañerías, deteriora la red de alcantarillado y dispara el coste de mantenimiento de la red de evacuación de aguas. Las tareas de limpieza para desincrustar el aceite de contuctos y depósitos suponen una inversión anual de 750 millones de euros. En las depuradoras, la presencia de aceite en las aguas residuales sometidas a tratamiento también comporta un sobrecoste para su eliminación.
Los últimos datos revelan que dos terceras partes del aceite que desechamos en casa acaba en las tuberías. Si tenemos en cuenta que cada ciudadano genera cuatro litros de aceite usado al año, el daño que seguimos haciendo al ecosistema es enorme, cuando evitarlo sería tan sencillo como depositar el aceite de paellas y cazuelas en una botella y llevarlo al contenedor naranja.
Conviene tener en cuenta que el único aceite que se puede reciclar es el vegetal sobrante de la cocina, de frituras, grasas y asados, de alimentos enlatados, manteca de cerdo, o grasas estropeadas y caducadas. Jamás se debe depositar en los contenedores naranja el aceite de motor, las grasas industriales o el aceites con bases de petróleo. La legislación obliga a los fabricantes a hacerse cargo de esas sustancias.
El aceite industrial, como el que se utiliza en los vehículos o el necesario para el funcionamiento de la maquinaria pesada, tiene consecuencias aún peores para el medioambiente. Dos litros de ese líquido tienen capacidad para contaminar una piscina olímpica o embadurnar la superficie de dos campos de fútbol.
La razón es la alta presencia de metales pesados y su bajo índice de biodegradabilidad. Ambos factores convierten el aceite industrial en una grave amenaza para el suelo, que pierde fertilidad, y para las aguas freáticas. Se calcula que el aceite industrial perdura hasta 12 años en entornos acuáticos.