Una actitud responsable y ecológica con el aceite usado abre un amplio abanico de posibilidades al reciclaje. Por cada litro de ese residuo se puede producir un litro de biocombustible para los vehículos diesel, sustituyendo los combustibles fósiles. En este caso la ventaja es doble: se evita la contaminación a través del alcantarillado y también se reduce considerablemente la emisión de gases invernadero a la atmósfera.
El aceite sucio tiene otras muchas salidas en el sector productivo, tanto en la industria química, como la cosmética y la farmacéutica. El líquido se aprovecha para fabricar cremas, abonos, barnices, cera, detergentes, jabones, lubricantes, pinturas, velas, etc.
En su página web, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente cifra en 850.000 toneladas la cantidad de aceite doméstico que se consume en España, según datos de la Asociación Nacional de Industriales Envasadores y Refinadores de Aceites Comestibles -Anierac-. De acuerdo con los actuales hábitos culinarios y de consumo, se estima que ese volumen de aceite utilizado en casa puede generar unos 150 millones de litros anuales de aceite vegetal usado.
Terrassa cuenta con 25 puntos de recogida en contenedores naranja. También se puede depositar en las deixalleries municipales de Terrassa Neta y Can Casanoves, así como en cada uno de los 72 puntos de parada de la Deixalleria Mòbil.