Un sol deslucido, un ambiente apagado, con un tono ocre, incluso. Y, sobre todo, numerosos vehículos recubiertos por una inesperada y fastidiosa capa de polvo. Son las consecuencias del episodio de contaminación atmosférica que desde el lunes ha afectado a Terrassa, la comarca y a toda Catalunya, a causa de una oleada de polvo procedente del Sáhara.
En la mañana de ayer, el Departament de Territori i Sostenibilitat activó el protocolo de contaminación atmosférica en 39 municipios del área metropolitana de Barcelona debido, precisamente, a la alta concentración de partículas de polvo de diámetro inferior a diez micras (PM10). Estas localidades, entre las que está Terrassa, pero también Rubí, Sant Cugat, Castellbisbal, Barberà, Sant Quirze del Vallès y Sabadell, son las que se incluyen en el ámbito de aplicación del Plan de Mejora de la Calidad del Aire, horizonte 2020, de la Generalitat.
En la ciudad
Territori i Sostenibilitat decidió ayer activar la alerta después de que, el lunes pasado, 23 estaciones de la Xarxa de Vigilancia i Previsió de la Contaminació Atmosférica estimaran que se había superado el valor de referencia diario para las minipartículas en suspensión. Este límite está fijado en 50 microgramos por metro cúbico. Diez de las estaciones sobrepasaron incluso los 80 microgramos. Entre ellas, la que se encuentra en la Rambleta del Pare Alegre, que el lunes llegó a un máximo de 303 microgramos por metro cúbico. La situación no fue demasiado mejor durante el día de ayer, en que ya por la mañana la estación de Terrassa alcanzó una media de 158 microgramos. Una cifra que representa más del triple de lo aconsejable a nivel ambiental.
Terrassa era hasta ayer una de las doce de ciudades de la conurbación de Barcelona que tenían una calidad del aire más pobre, a causa del fenómeno atmosférico que eclipsaba el ambiente.
La directora general de Qualitat Ambiental de la Generalitat, Mercè Rius, señaló a este diario que “este tipo de episodios en que llega polvo del desierto son relativamente frecuentes” y, como curiosidad, apuntó que “esta clase de contaminación nada tiene que ver con la habitual que hay en las ciudades”, ya que ayer los valores de peor calidad del aire se daban en zonas rurales próximas a municipios como Berga o Reus.
Aunque la previsión es que el fenómeno empiece a debilitarse, Rius explicó que en la mañana de hoy miércoles el Departament de Territori i Sostenibilitat determinará, a partir de analizar el nivel de afectación alcanzado ayer, si la alerta por contaminación se prolonga durante 24 horas más. “Lo que parece claro es que este episodio acabará antes del próximo fin de semana, cuando se espera la llegada de una borrasca”, afirmó.
La última vez que se activó el protocolo por contaminación en Barcelona ciudad y su área de influencia fue en enero, cuando un potente anticiclón dificultaba que desaparecieran las partículas impuras que flotaban en el aire.