Entre los años 1943 y 1976 todos los cines españoles estaban obligados por ley a proyectar, antes de la película, el número de la semana del No-do, un noticiario con el que la dictadura franquista ofrecía su visión de los hechos políticos, culturales y sociales, y que tenía la exclusividad de los reportajes exhibidos en las salas cinematográficas. El No-do sobreviría hasta 1981, en sus últimos cinco años ya de proyección voluntaria. La custodia de su archivo fue otorgada a la Filmoteca Español y al departamento de documentación de Radiotelevisión Española, que en diciembre de 2012 lo pusieron en su totalidad (solo faltan cinco noticiarios perdidos) en el sitio web de RTVE, con consulta abierta al público general.
Pese a la parcialidad y los objetivos de enaltecimiento del régimen con que fueron rodados los reportajes del No-do, este archivo constituye una impresionante fuente documental sobre la época.
En ellos ha encontrado la historiadora Ana Fernández un reportaje sobre la realización del retablo del Sant Esperit de Terrassa, y al tema le ha dedicado un estudio, que publica en la separata número 216 del boletín de la Associació de Col·leccionistes de Terrassa. "Reconstrucción. El retablo barroco de la parroquia del Santo Espíritu de Tarrasa" es su título. Dura un minuto, y fue incluido en la edición número 54A, año II, del 10 de enero de 1944.
Joan Mompeó
El reportaje informa que la junta de obras de la parroquia del Sant Esperit había ordenado la reconstrucción del antiguo retablo barroco, que el escultor Joan Mompeó (Barcelona, 1665-1726) realizó en 1699, y que fue quemado completamente en los primeros momentos de la Guerra Civil, el 21 de julio de 1936. "Por tanto, en este caso, no se trataba de una reconstrucción, sino de una substitución", puntaliza Fernández.
El proyecto estaba siendo realizado en ese 1944 por el arquitecto Lluís Bonet i Garí, el escultor Enric Monjo i Garriga y el pintor Antoni Vila Arrufat. Les había sido adjudicado en octubre de 1941 por la junta de obras de la parroquia del Sant Esperit, que lo escogió entre un total de once propuestas presentadas al concurso convocado el año anterior. Las imágenes del No-do muestran básicamente a Enric Monjo, Antoni Vila Arrufat y sus ayudantes en pleno trabajo, y se explican los materiales y las técnicas empleados. Vila Arrufat habla de la estructura del nuevo retablo.
Recuerda Fernández que el proyecto tuvo su polémica, un tanto insólita para la época (que la historiadora ya abordó en un capítulo de su libro "Tesel·laa a tesel·la. Els mosaïcistes del Taller de Yago-Padrós", publicado en 2010 por la Fundació Torre del Palau.). En un primer momento, el concurso fue declarado desierto. Previamente a la adjudicación, los autores habían presentado el proyecto en el Palau de la Virreina, en una exposición dedicada al arte catalán. "Se preocuparon de convocar a la prensa y procuraron hacerse una fotografía con el obispo de Barcelona, Miguel de los Santos Díaz Gomara, y consiguieron que esta instantánea se publicara en la revista Destino, hecho que parecer ser que ayudó decisivamente a conseguir que se les adjudicara la realización del proyecto del Sant Esperit." Coincidió, en los mismos mes y año, con la adjudicación a Enric Monjo del retablo de la basílica del Pi de Barcelona.
El mural de Franco en Mútua
En la anterior separata del boletín de la Associació de Col·leccionistes, Ana Fernández abordó, con la aportación como fuente de Francesc Estrada, otro hecho artístico local del período franquista, y con directa vinculación con el jefe del Estado durante el mismo: la gran fotografía mural de Francisco Franco que la dirección de Mútua de Terrassa hizo realizar con motivo de la visita que el dictador hizo a la ciudad el 18 de junio de 1963.
La imagen escogida había sido tomada por Carlos Pérez de Rozas durante la visita que Franco realizó, el 2 de octubre de 1962, al barrio de les Arenes, durante la cual su vehículo sufrió un pinchazo. La ampliación fue encargada a Fotos Francino, y el montaje lo realizó la empresa terrassense Ellsa (fundada por Francesc Estrada, Floreal Soriguera, Victor Abad y Manel Llabet, conocidos pintores de nuestra ciudad).
A algunas de las autoridades del régimen, que acompañaron al dictador en la visita, les gustó tanto el trabajo que "pensaron que sería oportuno encargar también a Fotos Francino SL el mural que debía colocarse en la plaza de Catalunya de Barcelona, con motivo de las celebraciones de los veinticinco años de paz, en concreto, para ambientar la misa de campaña que se había de celebrar en aquella misma plaza el 2 de febrero de 1964."
Gran formato
Y así fue. La imagen era del fotógrafo navarro Ángel Hilario García de Jalón, uno de los retratistas oficiales de Franco. Se amplió a 150 metros cuadrados ("la mayor que entonces se había colgado en un lugar público") y estuvo durante todo un día en la fachada del edificio del antiguo Banco Español de Crédito. La instalación también estuvo a cargo de la empresa terrassense ELLSA."Para hacer este trabajo necesitaban un local muy grande, ya que las tiras de papel fotográfico que se habían de enganchar y grapar a las maderas del bastidor medían un metro de alto por diez de largo. Tiras que, además, teniendo en cuenta la prisa con que se había de trabajar, llegaban aún húmedas a la nave de montaje." Como tal, lograron que les cedieran el pabellón 1 del Palau de Mostres de Barcelona, en elque trabajaron todo un día y toda una noche.
La fotografía "fue guardada y, posteriormente, cuando a principios de mes de julio de 1966 Franco pasó unos día instalado en el Palau de Pedralbes, se colocó en el centro de la plaza de Francesc Macià, que entonces llevaba el nombre de plaza de Calvo Sotelo, para que Franco la viera cada día que pasaba en coche oficial. Dicen que un día el dictador ordenó que la retiraran, todo diciendo "Que la saquen, que ya no soy ese".
LA FECHA
1699. Es el año en el que el escultor barcelonés Joan Mompeó elaboró el retablo original del Sant Esperit, una obra de estilo barroco que fue quemada en los primeros días de la Guerra Civil y que sustituyó en el año 1944.