Alguien ha rajado esta semana los asientos de once motos de una pizzería que reparte a domicilio. No ha sido el primer acto de sabotaje a la flota del Telepizza de la Rambla d’Ègara. Ha sido uno más en una serie de acciones vandálicas que comenzó hace más de un año.
El miércoles, a las cinco de la tarde, el responsable del establecimiento contactó con la Policía Municipal para informar del sabotaje. Unos desconocidos se habían introducido, seguramente de madrugada, en el aparcamiento donde la empresa guarda las motos de reparto y habían rajado asientos de motos. No de una ni de dos ni de tres. De, al menos, once vehículos. Los agentes comprobaron los daños y elaboraron un acta.
El establecimiento dispone, en régimen de alquiler, de dos plazas de aparcamiento en un garaje próximo a la pizzería. Allí guarda las motos cuando no están en la calle, en los repartos a domicilio o aparcadas durante la jornada a las puertas del local. Y alguien las sabotea cada dos por tres en una sucesión de actos vandálicos que el miércoles tuvo un nuevo episodio; antes hubo unos cuantos más, de diferente jaez. En una ocasión, meses atrás, a varias motos les introdujeron arena en el depósito del combustible. Otra de las veces el ataque consistió en pinchar las ruedas. Y el miércoles, en rajar con un arma blanca los asientos de, cuando menos, once vehículos.
La flota del establecimiento de venta de pizzas ocupa sus plazas en el antedicho garaje desde hace aproximadamente un año y medio. Apenas dos meses después de iniciar el alquiler del espacio empezó la retahíla de quebrantos.