Es miércoles. Faltan pocos minutos para las nueve de la mañana. A esa hora, en la Escola Montserrat, como en tantas otras, entran los niños, muchos de ellos acompañados de sus madres y padres. Abdeslam y Hamid, hermanos, y Samir dejan a sus hijos en el centro pero ellos también se quedan. Los tres se dirigen a un aula de la planta baja donde un maestro les espera para una nueva clase de conocimientos básicos de la historia, sociedad y costumbres del estado español.
El curso, que acaba de estrenarse, ha sido solicitado por un grupo de padres de alumnos del colegio que quiere pedir la nacionalidad española y que, entre otros requisitos, deben superar el exámen que acredita el conocimiento de la Constitución Española y de la realidad social y cultural españolas. Es la prueba que se conoce como CCSE (conocimientos constitucionales y socioculturales de España) que el Gobierno implantó en octubre del año pasado.
Al programa, que se realiza dos veces por semana (lunes y miércoles en sesiones de hora o hora y media), se han inscrito doce personas, la mayoría en la década de los 40 a 50 años, pero depende del día hay mayor o menor afluencia porque muchos de los participantes, que están en el paro, asisten a otros cursos. También hay quien tiene que abandonar porque le ha surgido un trabajo, casi siempre temporal. Hoy, el día que estuvo este diario, la clase se quedó con los tres alumnos citados (se sumó un cuarto, Abdeslam Bouainine, pero no con el mismo objetivo, sino con la idea de qué aprender no ocupa lugar) por lo que el técnico educativo Miquel Mora pudo prestar una atención muy personalizada.
Mora extiende sobre la mesa los tests con las preguntas y respuestas que el Instituto Cervantes, organizador de la prueba, tiene a disposición en su página web para que los aspirantes practiquen antes de examinarse. Abdeslam, Hamid y Samir hacen lo propio. Pregunta: “¿Puede nombrar a cinco reyes de España?”. Los tres estudiantes miran a su maestro, van directos a su chuleta e intentan memorizar la lista de nombres: Felipe VI, Juan Carlos I, Alfonso XIII… “¿Cuántas comunidades autónomas hay y cuáles son? ¿Cuál ha sido el hecho más relevante en el siglo XX? ¿Y el primer presidente de la transición española? Pasan página a la historia y abren la dedicada a literatura. Ahí hay preguntas sobre quien es Antonio Machado o Arturo Pérez Reverte. Y después llega la pintura (Dalí, Picasso, Velázquez?); género artístico (la actriz Penélope Cruz); deportes (Pau Gasol o equipos de fútbol ), gastronomía y folclore popular ( ingredientes de la tortilla de patatas, ubicar la sardana o la seguidilla) o determinar un refrán español. Soledad Ferrer, integradora social de la Escola Montserrat y coordinadora del curso, explica que el objetivo es dar un temario muy general y ejercitar los tests de consulta que hay disponibles. “Son conocimientos de todos los ámbitos; desde la organización política española hasta datos históricos relevantes y también hay cosas de cultura general”. Ferrer señala que ” a priori no tiene mucha complicación pero para ellos si la tiene debido a que la mayoría tienen pocos estudios. Muchos apenas saben leer y escribir en su propio idioma -son analfabetos de su propio país- pues imagínate en castellano. Así que la preparación de esta prueba también les sirve para aprender mejor el castellano. Eso, sí. Hay que aplaudirlos porque tienen mucha voluntad”.
“Emigramos para trabajar”
Los alumnos dicen mostrarse de acuerdo con la reflexión de la técnica en integración social. Se emplean a fondo pero comentan al unísono que, a ratos, se ven desbordados. “Nosotros apenas fuimos a colegio en nuestro país, en Marruecos. Muchos solo tenemos la primaria por lo que se nos hace muy difícil estudiar y memorizar y más cuando se trata de cuestiones históricas, sociales o económicas de otro país”, cuentan Abdeslam, Hamir y Samir.
Explican que viven aquí hace más de diez años pero admiten que en este tiempo su propósito sólo era el empleo para sacar la familia adelante. “Emigramos para trabajar no para estudiar”, dicen a modo de disculpa pero ahora que están en el paro -trabajaban en la construcción- piensan que quizás es un buen momento para aprender a aprender. Reiteran que, de todos modos, esta prueba del CCSE para su perfil y sus circunstancias es demasiada exigente. “Antes había una entrevista oral, presencial, y era mucho más sencillo. Este examen de 25 preguntas y que debemos responder bien quince es complicado y creemos, incluso, que hay muchas personas que han nacido aquí que las fallarían”.
Los aspirantes también se quejan del coste de la prueba. Son 85 euros pero, con los cambios que se han implantado, hay que tener unos trescientos euros a punto porque hay tasas administrativas, documentación adicional y otro exámen de conocimiento de lengua española. Los alumnos vuelven a sus deberes. Hamir mira el móvil y observamos que en el mismo tiene los cuestionarios para ir practicando. Pulsa una pregunta y aparece: ¿El Jefe del Estado es…? Tres opciones… El presidente del Gobierno, el Rey o el ministro de Asuntos Exteriores…. Mira a sus compañeros y pulsa el dos. Luz verde, correcta. “Esta es fácil”, sonríe Hamir.
LOS DATOS
Prueba CCSE: Es una prueba que acredita el conocimiento de la Constitución española y de la realidad social y cultural españolas. Consta de veinticinco preguntas y hay que responder quince para aprobar. Es un requisito indispensable para la concesión de la nacionalidad española.
Inscripción: A través de la página web del Institut Cervantes. Cuesta 85 euros.
Cuándo y dónde: Este examen se realiza el último jueves de cada mes. En Terrassa tiene lugar en el Vapor Universitari y está gestionado por Internacional House.