Árboles desplomados, fragmentos de fachada caedizos, cables que se descolgaban, y planchas en peligro. Una sucesión de incidencias provocadas por el viento hizo movilizarse a la Policía Municipal y los bomberos ayer, a partir del mediodía, en un goteo de intervenciones que prosiguió durante la tarde.
La retahíla de avisos a los servicios de emergencias se inició a las doce del mediodía. En la intersección de la carretera de Rellinars con la calle de Pardo Bazán se movían unas planchas ubicadas en una terraza. En la Rambla d’Ègara dio en tierra la rama de un árbol, y en el paseo del Vint-i-dos de Juliol unos cascotes se habían desprendido de una fachada. En la calle de Sant Bernat se rompió un cable de telefonía, y la policía tuvo que señalizar la zona a la espera de que unos operarios solventasen la anomalía.
Cayeron fragmentos de revoque en un edificio de la calle del Príncep de Viana, y en la de Guillem de Muntanyans una dotación de Bombers fue comisionada para retirar una persiana que se tambaleaba a unos cuatro metros de altura. Lo mismo le ocurrían a unas planchas localizadas en un edificio de la calle de Sant Pere.
Los bomberos sanearon fachadas también en la calle del Berguedà y en la de Les Borges Blanques. Uno de los incidentes de mayor relevancia se vivió en la carretera de Rubí, donde un árbol se desplomó y golpeó un camión a las 4.40 de la tarde. Diez minutos después se tumbó parte del vallado de un solar en la Ronda de Ponent, en el tramo de La Maurina, y un contenedor desplazado golpeó un vehículo en la calle de la Igualtat.