La reacción airada, pasional, por celos parece ser el motivo de un secuestro, de la retención ilegal de un chico de 22 años durante casi nueve horas. Ese fue el intervalo, trufado de amenazas y agresiones, transcurrido entre el encuentro entre la víctima y sus dos presuntos captores y el momento en que la Policía Municipal paró el coche donde iban los tres. Los dos acusados del rapto fueron detenidos el lunes. Uno de ellos, al parecer, achacaba a la víctima haber flirteado con su novia.
El relato compuesto por la policía en las primeras diligencias, a tenor de las declaraciones recabadas, indica que los dos arrestados, un joven de 22 años y otro de 26, quedaron con el otro muchacho en Sant Quirze del Vallès a las nueve de la mañana del lunes, una vez finalizada la jornada laboral del chico. Querían tomar algo con él. Se conocían. Se dirigieron a Terrassa en coche. Al parecer, en un principio en dos vehículos. Uno de los sospechosos viajó en el automóvil del chico luego retenido.
Estuvieron en el polígono industrial de Santa Margarida. Conforme a las indagaciones iniciales, los dos sospechosos instaron al chico a montarse en el coche de uno de ellos, y el grupo se dirigió a un piso radicado en las inmediaciones del barrio de Ca n’Anglada.
En esa vivienda se sucedieron los interrogatorios, según fuentes próximas al caso. Uno de los raptores acusaba a la víctima de haber tenido un flirteo amoroso con su novia. Tenían que hablar de ello, él ya sabía a qué se referían, debía admitirlo. Las mismas fuentes señalaron que, al parecer, uno de los sospechosos esgrimió un cuchillo para amedrentar al muchacho, que recibió amenazas de muerte y un golpe, cuando menos; un guantazo entre el rostro y la oreja.
Algunas informaciones apuntaron que, durante la retención, la chica aludida acudió al mismo domicilio y también golpeó supuestamente al retenido.
Por una infracción de tráfico
La presunta detención ilegal acabó a eso de las 5.40 de la tarde del lunes, cuando el automóvil en el que viajaban los tres jóvenes se saltó un semáforo en rojo en la avenida del Vallès, a la altura del número 618. Una dotación de la Policía Municipal observó la infracción e interceptó el vehículo. Dentro iban tres personas, tres individuos veinteañeros. El ambiente que se respiraba, las miradas, la actitud del trío, en definitiva, escamó al agente. Llegaron más policías cuando el grado de suspicacias aumentó, cuando la víctima balbuceó algo, cuando la historia del rapto comenzó a cobrar forma.
En un principio, el chico no quería denunciar nada, pero poco a poco se convenció de que ese silencio no era el mejor paso; la instrucción maneja un posible precedente de agresiones con la misma víctima. El agredido fue atendido en Mútua Terrassa y luego, trasladado a la Jefatura para la toma de declaración. Los otros dos jóvenes fueron detenidos como presuntos autores de un delito de detención ilegal, de amenazas y de lesiones.