Terrassa

Un impresionante desfile de alegría y comparsas de gran vistosidad

Sa Majestat El Rey del Carnestoltes de Terrassa 2016, Dalai Li Mama, llegó puntual a su cita, el sábado a las 5.45 de la tarde, en la estación del Nord. Se subió al vehículo de la comparsa oficial, paródica de la imaginería budista, que le había montado la entidad Rives Triple Sex -sus miembros, ataviados de monjes con un prominente tercer ojo, formaron detrás- , este se puso marcha tomando la calle de Cervantes, y la rúa había comenzado. Detrás, venían 33 comparsas, que sumaban casi 3.400 personas, que serían vistas, aplaudidas y disfrutadas por un numeroso público que llenó las calles a su paso, en buena parte también disfrazado, y con profusión de adolescentes, siempre omnipresentes en este día.

A las 6.30 de la tarde, cuando Dalai Li Mama bailaba “Amigos para siempre” en la Rambla, comenzó a caer una llovizna, “pero no os asustéis, que solo es un ‘cap de boira'” dijo quince minutos más tarde el presentador de la ceremonia de apertura que empezaba en el Raval (y tuvo razón, porque paró enseguida). La abrió el pregón de Cesc Serrat, una invitación en rima a vivir la fiesta con todas las transgresiones linguisticas carnavaleras, que acabó con vivas a “la festa més poc cabal, que és la meva, que es la vostra, que és el gran carnaval. Visca la nostra ciutat, la nostra república, visca el carnaval”. Y largo aplauso.

Se entregó el premio al autor del cartel, Aitor Prieto, y enseguida llegó Dalai Li Mama. Coreografía de Rives Triple Sex, castillo de fuegos artificiales, y ni corto ni perezoso que ya está Dalai Li Mama en el balcón del Ayuntamiento, junto al alcalde Jordi Ballart, y levantando las “llaves de la ciudad”; en esta ocasión, hinchable (ver fotografía junto a estas líneas) y también lamible.

Con un mantra abrió Dalai Li Mama su discurso, a todos los “titassencs i conyasenques”, de proclamación de “la gran mamada”. “Mamones y mamonas, mamad y que os mamen”, y así fue enlazando dichos y pareados sobre el tema (una veintena), para acabar diciendo que “ya tenemos la llave. La ciudad es nuestra”. Volvió al vehículo para realizar el resto de la rúa, y las comparsas comenzaron a pasar ante la severa mirada del jurado, instalado en una tarima en el Raval (este año, disfrazado de vendedores de frankfurt y cerveza).

Transgresiones animadas
Montajes en su mayor parte de gran espectacularidad se sucedían a la vista de los asombrados espectadores. Tenían, además, muchos integrantes; los que más, Amics x Sempre, 210 con disfraces de reciclaje, y El Porronet, con noventa “vidrios rotos” (o trozos de bola de discoteca) con una grandísima máscara en el vehículo. El Esplai Bonaire dio la nota con “Ssshh”, una comparsa muda. Els Boixos de Sant Llorenç presentaron una antología de quince años de ruas. Los de Prodis pescaban lagostinos.

Los mensajes políticos no estuvieron ausentes. Groc Cridaner hizo su “Joc de Trons Jo De Te” con coñas sobre los partidos políticos, a los que Los Arengriptis puso en las tumbas. Arte & Dance eran ángeles “black tarjetas” de Caja Madrid. En “Netejem a fons la merda del món”, Drunitas reprodujo los lavabos del Congreso y otros. Los Amics Mont Palet eran los muertos por la carne procesada de la OMS.

También desfiló el bosque con preciosos mochuelos de peluche de Amunt i Crits; la “Xurreria el Mojeteo” de la Bumbona, con el puesto ambulante seguido por los churros; las gallinas de Castellers; los “minions” de Minyons (que marcharon sin llegar al Raval); las diosas hindús-amas de casa “Namastoy hasta el coño” de Sants Ovaris, o las disfrazadas más sexy de todas, “Las Putahadas de Terrassa” de Los Duentes. Y el “Zulu Drac”, las “Minines” de Els Planassecs de la Tarumba, los hippies de Germans Rickys, los pavos de la Peña Bética, autos de choque, bailarinas, pavos.

La fiesta continuó, a partir d ela una de la madrugada, en el Ball de Màscares, donde se entregaron los premios y por el que pasaron entre 3.800 y cuatro mil personas.

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