El teniente de alcalde de Territorio y Sostenibilidad, Marc Armengol, ya se ha puesto en contacto con los grupos de la oposición proponiéndoles el inicio de conversaciones para poner fin al bloqueo en que se encuentra la compra de nuevos autobuses para la flota municipal. Después de que la mayoría de los grupos municipales votaran contra la adquisición en el pleno de enero, la concejalía se prepara para una negociación a dos bandas (Ciutadans y TeC, ERC-Mes) que requerirá de cintura por parte de todos los agentes.
De hecho, la moción solo podrá regresar al pleno de febrero si se mantiene la propuesta gubernamental: compra de un minibus, cuatro vehículos articulados y diez autobuses de 12 metros, 6 de ellos híbridos y cuatro diesel. Para que prospere esa moción, el ejecutivo deberá convencer a la oposición, por ejemplo, con contraprestaciones en otros ámbitos.
Si la moción varía para acercarse a las propuestas de la oposición, “la compra de los buses se aplazará unos meses, ya que el nuevo pliego necesitará de nuevos dictámenes técnicos, jurídicos y económicos”, explica Armengol.
Ciutadans propone reducir el número de autobuses híbridos de 6 a 4, mientras que Terrassa en Comú pide que el grueso de la compra sea de motores combinados.